lunes, 24 de diciembre de 2007

Exposición Maestros modernos del dibujo en el Thyssen

De la mano de la colección Abelló, el museo Thyssen nos trae la exposición Maestros modernos del dibujo (pdf). Se trata de la primera ocasión en la que se realiza una exposición de una colección privada española a nivel nacional.

Aunque la colección original cubre dibujos de maestros antiguos y modernos, en la exposición del Thyssen se reúnen casi la totalidad de los dibujos de los maestros modernos, desde principios del XIX con Goya hasta finales del XX con Lucian Freud.

En esta exposición se puede apreciar con bastante claridad el recorrido que el dibujo ha atravesado, siendo considerado en un principio como un mero medio para la obra final hasta su consideración como una obra artística per se.

El dibujo como medio

La primera mitad de la visita está dedicada al dibujo como medio, donde se pueden apreciar dos de las obras estrellas de la colección, el Busto de doña Josefa Bayeu, un pequeño bosquejo que hizo Francisco de Goya de su mujer y el único retrato real de la misma, y Bañista secándose o Después del baño de Edgar Degas, un impresionante pastel del maestro impresionista.
Busto de doña Josefa Bayeu, de GoyaBañista secandose o despues del baño, de Degas










La mayor parte de las obras mostradas en esta parte corresponden a maestros impresionistas. Además, de la obra mencionada de Degas, destacan los dibujos que con 15 años hizo Toulouse Lautrec, mostrando ya entonces su enorme capacidad innata para este arte, así como su ironía habitual, dibujando, por ejemplo, un caballo asfixiado por el peso de su jinete.

La habilidad natural de Toulouse contrasta con la “torpeza”, compensada con una enorme dedicación que muestra Vincent Van Gogh en Cabeza de una campesina, otra de las estrellas de la colección.

El dibujo como arte en sí mismo

A partir de las obras de Picasso, y de los autores de la Escuela de París, grupo de pintores españoles que se trasladaron a París siguiendo los pasos de su referente, se comienzan a apreciar características en los dibujos más propias de obras de arte que de bocetos. Esto se aprecia sobre todo, en los desnudos, que pasan de ser desnudos académicos a figuras que no guardan las proporciones o que muestran al espectador la espalda, la nuca, o el sexo del retratado, como se aprecia en las obras de Klimt o Schindler.

A medida que el expresionismo y las nuevas vanguardias cobran importancia, el dibujo se convierte en otro medio más de expresión artística de estos autores, mostrando, formas cubistas, futuristas, surrealistas… A pesar de la imagen de “improvisación” que tienen muchas de las obras vanguardistas, era habitual que estos autores dibujasen como fuente de inspiración.

Así se pueden apreciar como obras destacadas los dibujos de Dalí, Magritte, Miró o el ya mencionado Picasso.

La visita guiada

Como socio del Thyssen, tuve la suerte de poder disfrutar de la visita guiada que el mueso organiza. Una vez más salí realmente encantado de la dedicación que muestran las guías. No ha habido una sola visita guiada del Thyssen de la que no saliera sabiendo mucho más de lo que sabía al entrar.

Además de lo dicho, es importante saber que el acceso a la exposición es gratuito, por lo que es una visita obligada.

El hecho de que el post tenga muy poquitas imágenes de las obras expuestas se debe a que es una colección privada y no hay prácticamente ninguna imagen de las obras por internet.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Exposición El siglo XIX en el Museo del Prado

El Siglo XIX en el Prado es tal vez la exposición del momento en Madrid, a tenor de las colas que día tras otro se forman a la entrada del museo. 95 grandes obras del arte español, que hace más de 10 años que no se exponían son motivo más que suficiente para aguantar una hora de cola.

Las etapas de la pintura española del XIX

La marquesa de Santa Cruz, de GoyaLa exposición comienza con una muestra de las obras de Goya, pertenecientes al Neoclasicismo, movimiento al que sin embargo supera adelantándose a su tiempo.



La muerte de Viriato, jefe de los lusitanos, de José de MadrazoLa pieza más representativa del Neoclasicismo es “La muerte de Viriato” de José de Madrazo. Esta y otras obras del momento se caracterizan por el riguroso dibujo y la “solemnidad estatuaria” de las figuras.

A continuación se abre paso el Romanticismo, que supuso una renovación en los géneros representados. En esta época irrumpe el paisaje, hasta entonces un género menor, y las escenas costumbristas en las que fueron maestros los andaluces como Valeriano Domínguez Bécquer, hermano del famoso poeta Gustavo Adolfo.

Federico Madrazo, hijo de José Madrazo, fue el máximo defensor del Purismo académico, movimiento en cuyo seno surge la búsqueda de una renovación del arte español basándose en el estudio de la obra de Velázquez.

El siguiente movimiento del siglo es el Realismo, cuyo maestro es Eduardo Rosales y en el que se puede apreciar una “factura suelta”, no comprendida por las instituciones de su tiempo. Se diferencia de los trazos totalmente imperceptibles de los neoclásicos, como se puede apreciar en estos detalles.
Detalle de Mujer al salir del baño, de RosalesDetalle de La muerte de Viriato, de Madrazo











El Realismo de final de siglo culmina con la obra de Sorolla, máximo y puede que único exponente del Impresionismo español.

Los géneros en la pintura del XIX

Dos son los géneros que caracterizan al siglo XIX español: la pintura de historia y el paisaje. Aunque vista la cantidad de retratos que había en la exposición parece que ese fuera el único género existente.

La historiografía moderna nace en este siglo, la historia nacional empieza a ser enseñada en las escuelas y todo ello se refleja en las obras de este tiempo, que recrean episodios históricos con rigor y claridad argumental. El ejemplo que más nos gustó a Margarita y a mi fue La rendición de Bailén, de José Casado del Alisal, un homenaje a La rendición de Breda o Las lanzas de Diego de Silva y Velázquez.
La rendición de Bailén, de José Casado del AlisalLa rendición de Breda, de Velázquez








Este no es el único caso de homenaje a Velázquez ya que desde que se fundó el Prado en 1819 la pintura del siglo de oro español fue una constante influencia e inspiración en los autores del XIX. Esto se puede apreciar, entre otros, en Doña Isabel la Católica dictando su testamento, obra maestra de Rosales o Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga, de Antonio Gisbert, ambos cuadros más grandes que el salón de mi casa.
Doña Isabel la Católica dictando su testamento, de RosalesFusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga, de Antonio Gisbert







La canal de Mancorbo en los Picos de Europa, de Carlos de HaesEl otro género destacado, el paisaje, sufre una completa renovación a mediados de siglo. Los autores comenzaron a tomar apuntes al aire libre o a realizar sus composiciones directamente en el exterior. Entre los paisajistas destacaron Mariano Fortuny, de pincelada breve y colorista, Antonio Muñoz Degrain o el belga Carlos de Haes.


Recomendaciones finales

Es buena idea terminar la exposición con la visita al claustro de los Jerónimos, donde se exhiben diversas esculturas de la familia italiana de los Leoni.

Si no te apetece comprar el voluminoso catálogo de la exposición, una muy buena opción es la versión resumida del mismo, por 10 euros y que nos ha resultado muy útil a la hora de elaborar este post.

Y si alguien del museo del Prado lee esto, por favor, permitid la compra por anticipado de entradas a todas las exposiciones temporales, al igual que hacen el Thyssen o la fundación Canal, ya que no todos tenemos la posibilidad de hacer colas durante dos horas.

martes, 4 de diciembre de 2007

La mejor época para viajar a Japón

Para casi cualquier destino, es el clima lo que determina el mejor momento para viajar, y el caso de Japón no es diferente. Todas las fuentes consultadas (guías de viaje, páginas de internet, foros, etc...) coinciden en señalar que la mejor época para viajar a Japón es la primavera o el otoño.

El clima de Japón

Japón presenta básicamente tres climas distintos en función de la región:

  • Hokkaido. La isla norteña de Japoón tiene un clima frío - templado y lluvioso. Las temperaturas en verano no superan de media los 25ºC y en invierno puede bajar hasta los -11ºC.
  • Okinawa. El archipiélago más al sur tiene un clima subtropical, con temperaturas muy calurosas y fuertes lluvias. En verano se pueden alcanzar los 31ºC de media y en invierno los 13ºC.
  • Honshu, Shikoku y Kyushu. El resto de Japón presenta un clima semejante. En general es un clima cálido y lluvioso. En verano se pueden alcanzar los 31ºC de media en el Kyushu y en invierno los -1ºC de Honshu.
Para ver un poco más en detalle la región que visitaré, Honshu, decir que la lluvia es habitual todo el año, sobre todo en verano y otoño. Las temperaturas medias, en primavera 16ºC/6ºC, en verano 28ºC/21ºC, en otoño 20ºC/12ºC y en invierno 5ºC/-1ºC.

Es importante también tener en cuenta que durante el otoño la costa pacífica de Honshu (donde se encuentra Tokio) tiene riesgos de tifones.

Los matsuri

Pero en el caso de Japón hay otro factor a tener en cuenta a la hora de decidir viajar allí, y son los matsuri o festivales japoneses. Estas ceremonias de comunión entre el hombre y sus dioses se celebran a lo largo y ancho del país durante la casi totalidad del año y son un acontecimiento digno de verse.

Como enumerar todos los matsuri, e incluso los más importantes sería un trabajo interminable, os dejaré un enlace a la web que consulto muy a menudo, en concreto a un apartado donde enumeran los festivales más importantes.

Hay dos que sí merece la pena nombrar, más que nada porque movilizan a todo el país, las aglomeraciones son inmensas y para el turista es mejor evitarlos. Estos son:

  • La semana dorada. Finales de Abril a principios de Mayo.
  • La Obon. Fiesta de los muertos. A mediados de Agosto.
Al principio tenía mis dudas sobre si preparar mi viaje intentando coincidir con alguna de estas fiestas, pero tras varias consultas a mis futuros compañeros de viaje he decidido que lo mejor es dejar de lado los matsuri. Japón ya es suficientemente interesante de por sí, no es necesario buscar estos festivales, que por regla general congregan a demasiada gente, es mejor ahorrarse todas las aglomeraciones posibles. Además, que hay tantos festivales y tan repartidos que lo más normal es que coincidas con alguno aun sin pretenderlo.

Habiendo leído estos consejos y los precios de los vuelos, las fechas candidatas para que vaya a Japón son Abril, Mayo y Junio de 2009.