sábado, 26 de marzo de 2011

Aeroflot

Voy a tratar de volver a la rutina habitual comentando el viaje de vuelta que hicimos con Aeroflot.

Con todos los vuelos a Europa completos y con perspectivas de tener que quedarnos en Tokio unos días más surgió un vuelo de Aeroflot "económico" con escala en Moscú para el día siguiente.
De Aeroflot no tenía muchas referencias, nunca he viajado con ellos, pero ya solo el nombre de la aerolínea me tranquilizaba: Aeroflot, Aero=que va por el aire, y Flot=que flota. Va por el aire y encima flota, doble seguridad.
De todas formas, en esos momentos, tratando de salir de Tokio me hubiera valido un zeppelín, una catapulta o un avión bimotor de esos de Indiana Jones de los que hay que poner en marcha con ayuda de una palanqueta.

Pero, ¿sabeis lo más curioso de Aeroflot? Pequeñas diferencias. También ellos tienen las mismas cosas que otras compañías, pero hay algunas diferencias, ¿por ejemplo?

En Lufthansa, minutos antes de servir la comida ofrecen una bebida e inmediateamente después sirven la comida y te ofrecen de nuevo bebida -dicho sea de paso esto me viene muy bien para tratar de cogerme una cogorza con vinorro del malo aun a riesgo de montar un pollo tipo Melendi-. Bien, en Aeroflot también te ofrecen una bebida minutos antes de la comida, peeeeero, con la comida no te vuelven a ofrecer bebida, con lo que si te pasa como a Elaine o a mi, que ya te has pimplado la bebida antes, comes en plan securrio la sabrosísima comida de avión.

La bebida en sí es un caso raruno en Aeroflot y merece mención a parte. Aeroflot debe ser una aerolinea impresionante porque los dos dioses de los refrescos, Cocacola y Pepsi se la rifan. Así se ve como en las filas pares sirven cocacolas, en las impares pepsi, la pepsi la sirven en vasos de cocacola...un sinsentido desde el punto de vista del marketing.

En Aeroflot descubrí un nuevo deporte practicado por venerables ancianas japonesas. Un deporte de riesgo al que llamaré "Estiramientos para dementes". Consiste en hacer estiramientos de piernas y brazos apoyándose en la palanca de la puerta de emergencia. Claro, es que hay más sitio. Yo tuve la suerte de no verlo en primera persona y gracias a Dios porque si no me da un tabardillo. Pero Elaine y otros pasajeros sí lo vieron y no tardaron ni un microsegundo en llamar a la azafata para que apartara amablemente a la ancianita de nuestra más que segura muerte.

Pero el mejor momento que me deparó la vuelta con Aeroflot fue el momento váter. Promete, ¿verdad? Cada vez que monto en un avión parece que mi vejiga tuviera un hamster dentro. Me dan ataques de micción (que por otra parte suelen coincidir cuando tenemos que abrocharnos los cinturones o tenemos las bandejas de la comida encima) y tengo que ir al baño ipsofacto. En esas que yo voy a los baños de mi pasillo y están ocupados. Y hete aquí que una azafata, con toda su buena voluntad me señala el indicador verde que indica que el baño del otro pasillo está libre. Y allá que me voy raudo y veloz cual Usain Bolt y abro la puerta del baño y ¡¡toma Jeroma!! Me encuentro con una joven despatarrada haciendo lo que su cuerpo le hubiera pedido hacer en ese momento. Con las prisas o la torpeza, vete tú a saber, no habia cerrado el pestillo del baño. Su grito de horror debió oirse hasta en la torre de control del aeropuerto de Moscú.
No se quien pasó más vergüenza, si la azafata que me pidió que fuera a ese baño, si la pobre mujer pillada o yo.

El resto del viaje me lo pasé esquivando a esta mujer cada vez que pasaba cerca de mi o de mi asiento. Estoy seguro de que me buscaba para estrangularme o tirarme por la puerta de emergencia, con ayuda de alguna venerable anciana japonesa, claro.

En conclusión, al vuelo de Aeroflot le pongo un 7,5.

6 comentarios:

Bárbaros y romanos dijo...

El Vincent Vega bloguero!

chicha dijo...

Una maravilla poder leerte con esa jacarandosa habilidad para explicar todo ese torbellino de acontecimientos y encima hacernos pasar una lectura chispeante que demuestra que ya se están olvidando o por lo menos tratando de olvidar los malos momentos. Una agradeble lectura y me elegro que así sea

Marina Puente Villanueva dijo...

Muy buena entrada! Me has hecho pasar un rato muy divertido! Vaya experiencias! me encanta tu blog!
Un saludo desde Santander!:-D

Agus dijo...

Jajajajaja... ya echaba de menos estas entradas en tu blog. Un abrazo

Rosa Zafra dijo...

Que buen humor tienes y que bien lo expresas.

ivancette81 dijo...

Una entrada memorable