sábado, 5 de marzo de 2011

Operación carámbano

Me llena de orgullo y satisfacción escribir un nuevo post desde Japón y con buenas nuevas. Ayer no escribí porque estába pendiente de cómo se resolvía un asunto que podía convertirse en algo muy serio y hoy ya por fin se ha resuelto positivamente.

El asunto se intuyó ya según entramos en el apartamento cuando me dio tal escalofrío que casi se me descoyunta la columna. Dentro del apartamento hacía tanto frío que los alimentos se conservaban mejor en la cocina que en la nevera. Leches, que se estaba mejor en el balcón que dentro de la casa. "Pero bueno", me dije, "será cuestión de poner la calefacción (y pagar una millonada en la factura de la luz, claro)". Pero, como diría el insigne Ozores, ¡no hija no!. La calefacción no podía con todo la pobre y solo calentaba los 2 metros cuadrados de su alrededor.

A las 5:00 a.m. Elaine y yo nos despertamos con tiritona. Yo tuve que dormir (y no exagero) con doble par de calcetines, pijama, chaqueta y la ropa de andar por casa (un yukata). No hacía falta darle más vueltas al asunto, aunque subieran las temperaturas en Tokio no íbamos a poder aguantar más de 2 noches así sin acabar en la UCI.

Así que nos decidimos a contar nuestro problema a los de la agencia y simultáneamente buscar otros apartamentos ofertados por ellos a los que pudieramos irnos. Y hete aquí que vimos uno un poco peor situado, algo más caro pero mucho mucho mucho mejor equipado.

Aunque esto tampoco era difícil, una caja de cerillas tenía más equipamiento que el anterior apartamento. Por no tener no tenía ni oxigeno en su interior, teníamos que ir con bombonas, vale, esto es coña, pero no tenía ni espejo. Yo para afeitarme pensé en reflejarme en una cuchara, pero me iba a hacer muy gordo y como ya lo estoy me iba a deprimir más, así que decidí afeitarme de oidas aunque pusiera en riesgo mi yugular. Todo fue bien, para los que esteis preocupado por el estado de mi barba (escasa, por otra parte).

Volviendo al tema, que me voy por las ramas más que Tarzán, el cómo respondiera la agencia a nuestra exigencia era todo un misterio, y no éramos nada optimistas, pero la fortuna nos sonrió y todo fue bien. Se movieron para tenernos lo más satisfechos posibles y esta misma tarde ya nos habíamos mudado. Las prisas es lo que tiene y hasta mañana no tendremos agua caliente y el ADSL, que de momento es algo rústico, pero lo tenemos, que ya es algo.

Mañana, tenemos que esperar a recibir al del gas y no podremos salir por la mañana. Entre unas cosas y otras apenas hemos podido hacer turismo, espero asentarme ya aquí pronto al 100%, empezar las clases, hacer turismo y contaros más cosas divertidas.

Para los que piden fotitos, os mando una muestra de mi nueva dieta japonesa con la que espero perder peso:

Aperitivos

Chetos con queso y patatas onduladas con sabor a pizza. ¡Ah! y aunque no salen en la foto también he comido galletas rellenas de crema de cacahuete. Me estoy poniendo todo cerdaco, jajaja.

2 comentarios:

Paco Zafra dijo...

Bueno, me alegro que pudieseis salir del mundo helado de Hot sin mayor incidencia. Por lo que he visto ahora tenéis hasta cama!!! Por otro lado, me encanta tu nueva dieta y, sobre todo, el packaging!

David dijo...

Bueno, menos mal que habéis podido arreglar tan rápido lo de la casa. Aunque parecía cutre desde España, no tenía esa pinta de invivible.

Por cierto, se te nota muy inspirado... buena señal.

ciao!