domingo, 4 de noviembre de 2007

Durero y Cranach en el Museo Thyssen

A pesar de ser Amigo del Thyssen, no pude apuntarme a la visita guiada que el Museo organiza con cada exposición para los socios, así que, en esta ocasión, tendréis que conformaros con mis comentarios, que no son los de un experto. Eso sí, me he documentado bastante sobre Durero y Cranach: Arte y Humanismo en la Alemania del Renacimiento.

Durero: el artista total

Alberto Durero es el protagonista indiscutible de esta exposición. Tras ver los ejemplos expuestos de su obra me queda claro que Durero fue el Ágatha Ruíz de la Prada de su tiempo. Prácticamente, lo primero que encuentras al entrar es su famoso Autorretrato traído de la colección del Museo del Prado en el que viste con ropajes a la moda. Como si de un fotógrafo de la Pasarela Cibeles se tratase, gustaba de pintar bocetos de las mujeres de su época vestidas a la moda de Venecia y Nuremberg.
Autorretrato de DureroMujer de Nuremberg y mujer veneciana, de Durero










Ejemplos de su carácter polifacético los encontramos en los diseños que hace de vidrieras y armaduras, una de las cuales, con un yelmo totalmente futurista se expone en la Fundación Cajamadrid (de la que prometo un post específico más adelante).Diseño para un yelmo, de Durero











Además de sus óleos sobre tabla y sus dibujos, lo característico de este artista son las estampas, no en vano se acababa de inventar hacía menos de un siglo la imprenta.

Rinoceronte, de DureroUno de los rasgos que definen a Durero como renacentista es su interés por representar casi científicamente la naturaleza, como puede apreciarse en sus numerosas obras de plantas y animales, algunos de los cuales pinta a partir de descripciones. El ejemplo más claro de esto es su famoso Rinoceronte, un animal que no se había visto en Europa desde tiempos de los romanos y que se consideraba un ser mitológico como el unicornio.

Este interés por la observación científica llevó a Durero a escribir estudios sobre las proporciones del cuerpo humano o sobre otros temas como las técnicas de dibujo, al igual que hacía su contemporáneo Leonardo da Vinci.
Dibujante de un laud, de DureroEl gran caballo, de Durero










El otro protagonista de esta exposición, Lucas Cranach, el Viejo, queda en un completo segundo plano con respecto a Durero. El número de obras expuestas es inferior, e incluso en algún momento parece tener más presencia el discípulo de Durero Hans Baldung Grien.

El Renacimiento Alemán

Una de las características representativas del Renacimiento alemán es que los autores adquieren consciencia de sí mismos como artistas. Estos autores viven en un estado de melancolía. La que hasta ese momento se había considerado una enfermedad con cabida en los libros de medicina, se convierte ahora en un estado intelectual del artista, de intensa creatividad e imaginación.
Melancolia I, de DureroRetrato de una dama, de Hans Baldung Grien










La temática de las obras cambió en estos años por influjo de la Reforma. Lo que hasta entonces habían sido principalmente temas religiosos, se ven sustituidos por encargos de retratos de las clases altas y de comerciantes.

En conjunto, las obras de la exposición se organizan en 8 apartados, cada uno de los cuales trata un tema específico y que, a mi modo de ver, hace que le falte un hilo conductor explícito que los enmarque a todos, más allá del Renacimiento alemán en sí mismo.

1 comentario:

chicha dijo...

Me han encantado tus comentarios sobre la obra de Durero, uno de mis más queridos pintores. Me hubiese gustado que figuraran sus famosas manos en tus fotos porque nunca cansa mirarlas.
De nuevo te doy las gracias por esa estupenda forma que tienes de describir las cosas.
Un saludo. Chicha