De la mano de la colección Abelló, el museo Thyssen nos trae la exposición Maestros modernos del dibujo (pdf). Se trata de la primera ocasión en la que se realiza una exposición de una colección privada española a nivel nacional.
Aunque la colección original cubre dibujos de maestros antiguos y modernos, en la exposición del Thyssen se reúnen casi la totalidad de los dibujos de los maestros modernos, desde principios del XIX con Goya hasta finales del XX con Lucian Freud.
En esta exposición se puede apreciar con bastante claridad el recorrido que el dibujo ha atravesado, siendo considerado en un principio como un mero medio para la obra final hasta su consideración como una obra artística per se.
El dibujo como medio
La primera mitad de la visita está dedicada al dibujo como medio, donde se pueden apreciar dos de las obras estrellas de la colección, el Busto de doña Josefa Bayeu, un pequeño bosquejo que hizo Francisco de Goya de su mujer y el único retrato real de la misma, y Bañista secándose o Después del baño de Edgar Degas, un impresionante pastel del maestro impresionista.
La mayor parte de las obras mostradas en esta parte corresponden a maestros impresionistas. Además, de la obra mencionada de Degas, destacan los dibujos que con 15 años hizo Toulouse Lautrec, mostrando ya entonces su enorme capacidad innata para este arte, así como su ironía habitual, dibujando, por ejemplo, un caballo asfixiado por el peso de su jinete.
La habilidad natural de Toulouse contrasta con la “torpeza”, compensada con una enorme dedicación que muestra Vincent Van Gogh en Cabeza de una campesina, otra de las estrellas de la colección.
El dibujo como arte en sí mismo
A partir de las obras de Picasso, y de los autores de la Escuela de París, grupo de pintores españoles que se trasladaron a París siguiendo los pasos de su referente, se comienzan a apreciar características en los dibujos más propias de obras de arte que de bocetos. Esto se aprecia sobre todo, en los desnudos, que pasan de ser desnudos académicos a figuras que no guardan las proporciones o que muestran al espectador la espalda, la nuca, o el sexo del retratado, como se aprecia en las obras de Klimt o Schindler.
A medida que el expresionismo y las nuevas vanguardias cobran importancia, el dibujo se convierte en otro medio más de expresión artística de estos autores, mostrando, formas cubistas, futuristas, surrealistas… A pesar de la imagen de “improvisación” que tienen muchas de las obras vanguardistas, era habitual que estos autores dibujasen como fuente de inspiración.
Así se pueden apreciar como obras destacadas los dibujos de Dalí, Magritte, Miró o el ya mencionado Picasso.
La visita guiada
Como socio del Thyssen, tuve la suerte de poder disfrutar de la visita guiada que el mueso organiza. Una vez más salí realmente encantado de la dedicación que muestran las guías. No ha habido una sola visita guiada del Thyssen de la que no saliera sabiendo mucho más de lo que sabía al entrar.
Además de lo dicho, es importante saber que el acceso a la exposición es gratuito, por lo que es una visita obligada.
El hecho de que el post tenga muy poquitas imágenes de las obras expuestas se debe a que es una colección privada y no hay prácticamente ninguna imagen de las obras por internet.
lunes, 24 de diciembre de 2007
domingo, 9 de diciembre de 2007
Exposición El siglo XIX en el Museo del Prado
El Siglo XIX en el Prado es tal vez la exposición del momento en Madrid, a tenor de las colas que día tras otro se forman a la entrada del museo. 95 grandes obras del arte español, que hace más de 10 años que no se exponían son motivo más que suficiente para aguantar una hora de cola.
Las etapas de la pintura española del XIX
La exposición comienza con una muestra de las obras de Goya, pertenecientes al Neoclasicismo, movimiento al que sin embargo supera adelantándose a su tiempo.
La pieza más representativa del Neoclasicismo es “La muerte de Viriato” de José de Madrazo. Esta y otras obras del momento se caracterizan por el riguroso dibujo y la “solemnidad estatuaria” de las figuras.
A continuación se abre paso el Romanticismo, que supuso una renovación en los géneros representados. En esta época irrumpe el paisaje, hasta entonces un género menor, y las escenas costumbristas en las que fueron maestros los andaluces como Valeriano Domínguez Bécquer, hermano del famoso poeta Gustavo Adolfo.
Federico Madrazo, hijo de José Madrazo, fue el máximo defensor del Purismo académico, movimiento en cuyo seno surge la búsqueda de una renovación del arte español basándose en el estudio de la obra de Velázquez.
El siguiente movimiento del siglo es el Realismo, cuyo maestro es Eduardo Rosales y en el que se puede apreciar una “factura suelta”, no comprendida por las instituciones de su tiempo. Se diferencia de los trazos totalmente imperceptibles de los neoclásicos, como se puede apreciar en estos detalles.
El Realismo de final de siglo culmina con la obra de Sorolla, máximo y puede que único exponente del Impresionismo español.
Los géneros en la pintura del XIX
Dos son los géneros que caracterizan al siglo XIX español: la pintura de historia y el paisaje. Aunque vista la cantidad de retratos que había en la exposición parece que ese fuera el único género existente.
La historiografía moderna nace en este siglo, la historia nacional empieza a ser enseñada en las escuelas y todo ello se refleja en las obras de este tiempo, que recrean episodios históricos con rigor y claridad argumental. El ejemplo que más nos gustó a Margarita y a mi fue La rendición de Bailén, de José Casado del Alisal, un homenaje a La rendición de Breda o Las lanzas de Diego de Silva y Velázquez.
Este no es el único caso de homenaje a Velázquez ya que desde que se fundó el Prado en 1819 la pintura del siglo de oro español fue una constante influencia e inspiración en los autores del XIX. Esto se puede apreciar, entre otros, en Doña Isabel la Católica dictando su testamento, obra maestra de Rosales o Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga, de Antonio Gisbert, ambos cuadros más grandes que el salón de mi casa.
El otro género destacado, el paisaje, sufre una completa renovación a mediados de siglo. Los autores comenzaron a tomar apuntes al aire libre o a realizar sus composiciones directamente en el exterior. Entre los paisajistas destacaron Mariano Fortuny, de pincelada breve y colorista, Antonio Muñoz Degrain o el belga Carlos de Haes.
Recomendaciones finales
Es buena idea terminar la exposición con la visita al claustro de los Jerónimos, donde se exhiben diversas esculturas de la familia italiana de los Leoni.
Si no te apetece comprar el voluminoso catálogo de la exposición, una muy buena opción es la versión resumida del mismo, por 10 euros y que nos ha resultado muy útil a la hora de elaborar este post.
Y si alguien del museo del Prado lee esto, por favor, permitid la compra por anticipado de entradas a todas las exposiciones temporales, al igual que hacen el Thyssen o la fundación Canal, ya que no todos tenemos la posibilidad de hacer colas durante dos horas.
Las etapas de la pintura española del XIX
La exposición comienza con una muestra de las obras de Goya, pertenecientes al Neoclasicismo, movimiento al que sin embargo supera adelantándose a su tiempo.
La pieza más representativa del Neoclasicismo es “La muerte de Viriato” de José de Madrazo. Esta y otras obras del momento se caracterizan por el riguroso dibujo y la “solemnidad estatuaria” de las figuras.
A continuación se abre paso el Romanticismo, que supuso una renovación en los géneros representados. En esta época irrumpe el paisaje, hasta entonces un género menor, y las escenas costumbristas en las que fueron maestros los andaluces como Valeriano Domínguez Bécquer, hermano del famoso poeta Gustavo Adolfo.
Federico Madrazo, hijo de José Madrazo, fue el máximo defensor del Purismo académico, movimiento en cuyo seno surge la búsqueda de una renovación del arte español basándose en el estudio de la obra de Velázquez.
El siguiente movimiento del siglo es el Realismo, cuyo maestro es Eduardo Rosales y en el que se puede apreciar una “factura suelta”, no comprendida por las instituciones de su tiempo. Se diferencia de los trazos totalmente imperceptibles de los neoclásicos, como se puede apreciar en estos detalles.
El Realismo de final de siglo culmina con la obra de Sorolla, máximo y puede que único exponente del Impresionismo español.
Los géneros en la pintura del XIX
Dos son los géneros que caracterizan al siglo XIX español: la pintura de historia y el paisaje. Aunque vista la cantidad de retratos que había en la exposición parece que ese fuera el único género existente.
La historiografía moderna nace en este siglo, la historia nacional empieza a ser enseñada en las escuelas y todo ello se refleja en las obras de este tiempo, que recrean episodios históricos con rigor y claridad argumental. El ejemplo que más nos gustó a Margarita y a mi fue La rendición de Bailén, de José Casado del Alisal, un homenaje a La rendición de Breda o Las lanzas de Diego de Silva y Velázquez.
Este no es el único caso de homenaje a Velázquez ya que desde que se fundó el Prado en 1819 la pintura del siglo de oro español fue una constante influencia e inspiración en los autores del XIX. Esto se puede apreciar, entre otros, en Doña Isabel la Católica dictando su testamento, obra maestra de Rosales o Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga, de Antonio Gisbert, ambos cuadros más grandes que el salón de mi casa.
El otro género destacado, el paisaje, sufre una completa renovación a mediados de siglo. Los autores comenzaron a tomar apuntes al aire libre o a realizar sus composiciones directamente en el exterior. Entre los paisajistas destacaron Mariano Fortuny, de pincelada breve y colorista, Antonio Muñoz Degrain o el belga Carlos de Haes.
Recomendaciones finales
Es buena idea terminar la exposición con la visita al claustro de los Jerónimos, donde se exhiben diversas esculturas de la familia italiana de los Leoni.
Si no te apetece comprar el voluminoso catálogo de la exposición, una muy buena opción es la versión resumida del mismo, por 10 euros y que nos ha resultado muy útil a la hora de elaborar este post.
Y si alguien del museo del Prado lee esto, por favor, permitid la compra por anticipado de entradas a todas las exposiciones temporales, al igual que hacen el Thyssen o la fundación Canal, ya que no todos tenemos la posibilidad de hacer colas durante dos horas.
martes, 4 de diciembre de 2007
La mejor época para viajar a Japón
Para casi cualquier destino, es el clima lo que determina el mejor momento para viajar, y el caso de Japón no es diferente. Todas las fuentes consultadas (guías de viaje, páginas de internet, foros, etc...) coinciden en señalar que la mejor época para viajar a Japón es la primavera o el otoño.
El clima de Japón
Japón presenta básicamente tres climas distintos en función de la región:
Es importante también tener en cuenta que durante el otoño la costa pacífica de Honshu (donde se encuentra Tokio) tiene riesgos de tifones.
Los matsuri
Pero en el caso de Japón hay otro factor a tener en cuenta a la hora de decidir viajar allí, y son los matsuri o festivales japoneses. Estas ceremonias de comunión entre el hombre y sus dioses se celebran a lo largo y ancho del país durante la casi totalidad del año y son un acontecimiento digno de verse.
Como enumerar todos los matsuri, e incluso los más importantes sería un trabajo interminable, os dejaré un enlace a la web que consulto muy a menudo, en concreto a un apartado donde enumeran los festivales más importantes.
Hay dos que sí merece la pena nombrar, más que nada porque movilizan a todo el país, las aglomeraciones son inmensas y para el turista es mejor evitarlos. Estos son:
Habiendo leído estos consejos y los precios de los vuelos, las fechas candidatas para que vaya a Japón son Abril, Mayo y Junio de 2009.
El clima de Japón
Japón presenta básicamente tres climas distintos en función de la región:
- Hokkaido. La isla norteña de Japoón tiene un clima frío - templado y lluvioso. Las temperaturas en verano no superan de media los 25ºC y en invierno puede bajar hasta los -11ºC.
- Okinawa. El archipiélago más al sur tiene un clima subtropical, con temperaturas muy calurosas y fuertes lluvias. En verano se pueden alcanzar los 31ºC de media y en invierno los 13ºC.
- Honshu, Shikoku y Kyushu. El resto de Japón presenta un clima semejante. En general es un clima cálido y lluvioso. En verano se pueden alcanzar los 31ºC de media en el Kyushu y en invierno los -1ºC de Honshu.
Es importante también tener en cuenta que durante el otoño la costa pacífica de Honshu (donde se encuentra Tokio) tiene riesgos de tifones.
Los matsuri
Pero en el caso de Japón hay otro factor a tener en cuenta a la hora de decidir viajar allí, y son los matsuri o festivales japoneses. Estas ceremonias de comunión entre el hombre y sus dioses se celebran a lo largo y ancho del país durante la casi totalidad del año y son un acontecimiento digno de verse.
Como enumerar todos los matsuri, e incluso los más importantes sería un trabajo interminable, os dejaré un enlace a la web que consulto muy a menudo, en concreto a un apartado donde enumeran los festivales más importantes.
Hay dos que sí merece la pena nombrar, más que nada porque movilizan a todo el país, las aglomeraciones son inmensas y para el turista es mejor evitarlos. Estos son:
- La semana dorada. Finales de Abril a principios de Mayo.
- La Obon. Fiesta de los muertos. A mediados de Agosto.
Habiendo leído estos consejos y los precios de los vuelos, las fechas candidatas para que vaya a Japón son Abril, Mayo y Junio de 2009.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
Exposición Roma SPQR en la Fundación Canal
Aprovechando que pilla cerca de casa, Margarita y yo decidimos visitar la recientemente inaugurada exposición Roma S.P.Q.R en la Fundación Canal, que reúne 500 objetos de la época imperial romana.
Bosque de emperadores
La parte más destacada de la exposición la componen los bustos de emperadores romanos, como uno colosal de Augusto y otros de Caracalla, el hispano Trajano, Vespasiano, Adriano... dispuestos sobre pedestales, formando una especie de bosque. Si os gustan las curiosidades, podéis fijaros en sus peinados y estética, con flequillo en la época de Augusto y con barba en la de Adriano.
Pero no sólo los emperadores veían su imagen esculpida, las clases acomodadas les imitaron y podemos ver en la exposición retratos, como uno con detalles muy realistas de un anciano y estelas funerarias con el rostro del difunto grabado así como elementos alusivos a su oficio (zapatero, pescador...).
Segóbriga
En la Fundación Canal se exhiben por primera vez algunas esculturas halladas en la campaña de 2004 de las excavaciones de Segóbriga (Cuenca) y que acaban de ser restauradas. Las podéis ver al fondo en la imagen adjunta, tras el busto de Antinoo.
Vida cotidiana en Roma
Es posible formarse una idea de cómo era el día a día de los ciudadanos romanos de las distintas clases sociales a partir de los objetos expuestos:
Si os interesa la vida cotidiana en Roma, recordad que aún permanece abierta la exposición sobre Pompeya y Herculano en el Centro Conde Duque.
Religión
Una de las estrellas de la exposición es una estatua colosal de Minerva, de mármoles polícromos. Es una muestra más del culto politeista que profesaban los romanos, que era una adaptación del panteón griego y en el que incluían a los emperadores. Otros ejemplos que se pueden ver son estatuas de Hércules con la piel de león o el relieve de la diosa frigia Cibeles.
Las luchas de gladiadores
Para mí, lo mejor sin duda de la visita fue la proyección de un holograma que representaba una lucha entre dos gladiadores. Se había dispuesto un escenario a imagen y semejanza de un circo romano, donde los espectadores asistíamos al combate en 3D como si estuviéramos en el mismo Coliseo. No os lo perdáis.
Una advertencia
No hay que dejarse llevar por la imagen de unas taquillas vacías, eso no quiere decir que no haya colas. La entrada a la exposición está algo escondida y es allí donde se organizan las colas. Convendría mirar allí antes de lanzarse a comprar las entradas y descubrir que tienes cola para una hora.
La web de la exposición
La Fundación Canal ha desarrollado una web específica para la exposición sobre Roma en la que se informa de las facilidades de acceso para discapacitados pero que paradójicamente ha sido realizada en tecnología flash, con lo que no es posible, por ejemplo, enlazar a una página concreta de la web. Margarita y yo intentamos informarnos a través de dicha web de la existencia y horario de visitas guiadas, pero ha sido una misión imposible. En una semana, la información que facilitan en el apartado Servicios ha cambiado no menos de cuatro veces: primero anunciaban unos precios increibles (65 euros, no sé si por persona o por grupo), después quitaron el precio, después parecen estar disponibles sólo para grupos... Es una lástima que centros como la Fundación March o Conde Duque, cuya entrada es gratuita, gestionen las visitas guiadas mucho mejor que una fundación que cobra 6 euros de entrada.
Bosque de emperadores
La parte más destacada de la exposición la componen los bustos de emperadores romanos, como uno colosal de Augusto y otros de Caracalla, el hispano Trajano, Vespasiano, Adriano... dispuestos sobre pedestales, formando una especie de bosque. Si os gustan las curiosidades, podéis fijaros en sus peinados y estética, con flequillo en la época de Augusto y con barba en la de Adriano.
Pero no sólo los emperadores veían su imagen esculpida, las clases acomodadas les imitaron y podemos ver en la exposición retratos, como uno con detalles muy realistas de un anciano y estelas funerarias con el rostro del difunto grabado así como elementos alusivos a su oficio (zapatero, pescador...).
Segóbriga
En la Fundación Canal se exhiben por primera vez algunas esculturas halladas en la campaña de 2004 de las excavaciones de Segóbriga (Cuenca) y que acaban de ser restauradas. Las podéis ver al fondo en la imagen adjunta, tras el busto de Antinoo.
Vida cotidiana en Roma
Es posible formarse una idea de cómo era el día a día de los ciudadanos romanos de las distintas clases sociales a partir de los objetos expuestos:
- Los instrumentos quirúrgicos me parecieron muy curiosos; no esperaba encontrar algo así.
- Las monedas (sextercios, denarios, aúreos) nos recuerdan la elevada inflación que soportaban los habitantes del Imperio.
- Las armas, como espadas o ballestas, eran desgraciadamente reproducciones.
- Relieves representando las distintas profesiones (agricultura, carpintería...)
Si os interesa la vida cotidiana en Roma, recordad que aún permanece abierta la exposición sobre Pompeya y Herculano en el Centro Conde Duque.
Religión
Una de las estrellas de la exposición es una estatua colosal de Minerva, de mármoles polícromos. Es una muestra más del culto politeista que profesaban los romanos, que era una adaptación del panteón griego y en el que incluían a los emperadores. Otros ejemplos que se pueden ver son estatuas de Hércules con la piel de león o el relieve de la diosa frigia Cibeles.
Las luchas de gladiadores
Para mí, lo mejor sin duda de la visita fue la proyección de un holograma que representaba una lucha entre dos gladiadores. Se había dispuesto un escenario a imagen y semejanza de un circo romano, donde los espectadores asistíamos al combate en 3D como si estuviéramos en el mismo Coliseo. No os lo perdáis.
Una advertencia
No hay que dejarse llevar por la imagen de unas taquillas vacías, eso no quiere decir que no haya colas. La entrada a la exposición está algo escondida y es allí donde se organizan las colas. Convendría mirar allí antes de lanzarse a comprar las entradas y descubrir que tienes cola para una hora.
La web de la exposición
La Fundación Canal ha desarrollado una web específica para la exposición sobre Roma en la que se informa de las facilidades de acceso para discapacitados pero que paradójicamente ha sido realizada en tecnología flash, con lo que no es posible, por ejemplo, enlazar a una página concreta de la web. Margarita y yo intentamos informarnos a través de dicha web de la existencia y horario de visitas guiadas, pero ha sido una misión imposible. En una semana, la información que facilitan en el apartado Servicios ha cambiado no menos de cuatro veces: primero anunciaban unos precios increibles (65 euros, no sé si por persona o por grupo), después quitaron el precio, después parecen estar disponibles sólo para grupos... Es una lástima que centros como la Fundación March o Conde Duque, cuya entrada es gratuita, gestionen las visitas guiadas mucho mejor que una fundación que cobra 6 euros de entrada.
domingo, 25 de noviembre de 2007
El retrato moderno en España en la Real Academia de San Fernando
¿Qué me podría llevar a mí a ver una exposición de retratos, el estilo pictórico que menos me gusta junto con los bodegones? Y digo más, una exposición de retratos modernos ¡con lo poco que me gusta el "arte" contemporáneo! Pues sencillamente que la cola que había para entrar en la exposición de “El siglo XIX” en el Prado era más larga que la Muralla China y la Real Academia de San Fernando nos pillaba cerca y encima era gratis. Así fue como Margarita y yo dimos con la exposición "El retrato moderno en España”.
La exposición muestra el proceso de modernización de la pintura española del siglo XX a través de un género concreto: el retrato. Entre las obras expuestas se pueden apreciar movimientos como el cubismo, el fauvismo o el surrealismo. Estos movimientos se abren paso en un arte español de principios de siglo XX que, no obstante, abraza con fuerza el nuevo realismo.
A continuación, podéis ver un ejemplo de obra cubista de la exposición, caracterizado por la representación geométrica de todas las partes de un objeto sobre el mismo plano y un ejemplo de obra fauvista, estilo que utiliza colores antinaturales para expresar más fuerza.
La exposición abarca el período comprendido entre 1906 y 1936, fecha en la que el estallido de la Guerra Civil le pone punto final. Las aproximadamente 70 obras expuestas se dividen en cuatro apartados, modernismo, vanguardias, años 20 y años 30. Los temas retratados abarcan a la familia, profesionales -como arquitectos-, personajes ilustres, amigos y seres cercanos al autor -como sus hijos o hermanas-, otros pintores, autorretratos…
Si le queréis echar un vistazo, está disponible online el tríptico de la exposición (pdf).
La exposición muestra el proceso de modernización de la pintura española del siglo XX a través de un género concreto: el retrato. Entre las obras expuestas se pueden apreciar movimientos como el cubismo, el fauvismo o el surrealismo. Estos movimientos se abren paso en un arte español de principios de siglo XX que, no obstante, abraza con fuerza el nuevo realismo.
A continuación, podéis ver un ejemplo de obra cubista de la exposición, caracterizado por la representación geométrica de todas las partes de un objeto sobre el mismo plano y un ejemplo de obra fauvista, estilo que utiliza colores antinaturales para expresar más fuerza.
La exposición abarca el período comprendido entre 1906 y 1936, fecha en la que el estallido de la Guerra Civil le pone punto final. Las aproximadamente 70 obras expuestas se dividen en cuatro apartados, modernismo, vanguardias, años 20 y años 30. Los temas retratados abarcan a la familia, profesionales -como arquitectos-, personajes ilustres, amigos y seres cercanos al autor -como sus hijos o hermanas-, otros pintores, autorretratos…
Si le queréis echar un vistazo, está disponible online el tríptico de la exposición (pdf).
jueves, 22 de noviembre de 2007
Vuelos a Japón
Tal vez, el principal inconveniente de viajar a Japón sea el vuelo. Además de ser bastante caro por regla general, éste tiene la enorme duración de 15 horas, haciendo una escala. Hace poco leí en un periódico que se estaba pensando aprovechar la nueva ampliación de Barajas para vuelos directos entre España y Japón, pero mucho me meto que para cuando yo viaje, espero que en 2009, esto aun no esté en funcionamiento.
Con la duración del vuelo poco se puede hacer, es lo que hay, sólo queda hacerse a la idea y buscar un remedio para dormir y llevar mejor el jet lag. Sin embargo, con el precio, algo se puede conseguir. Buscando bien por Internet se pueden conseguir buenas ofertas. En algún foro he llegado a ver vuelos de ida y vuelta por 600 euros.
Otro tema importante relacionado con los vuelos a Japón es a qué aeropuerto se realiza el viaje. Japón tiene dos aeropuertos internacionales principales, el aeropuerto de Narita, a las afueras de Tokio, y el de Kansai, a las afueras de Osaka. Muchos mayoristas españoles vuelan a la ida a Narita, realizan el circuito y regresan a España desde Kansai. Esto, para un viaje por cuenta propia, como es el que estoy organizando es inasequible. Después de consultar varias Web de viajes he confirmado que comprar un billete de ida para un aeropuerto y el de vuelta desde otro dispara el precio, pudiendo resultar el total por 1600 euros. Por eso, la única opción que consideraré es comprar billetes de ida y vuelta, ya sea para Narita o Kansai.
Dicho todo esto, me he puesto a sondear los precios que hay ahora mismo para 2008 con vistas a averiguar lo siguiente:
• Si hay alguna diferencia sustancial de precio entre volar a Tokio o a Osaka.
• Si hay alguna época del año en la que los precios bajen considerablemente.
• Qué compañía aérea tiene mejor relación calidad – precio.
Para esto he consultado tres Web, www.edreams.com por ser la que más uso a pesar de alguna mala experiencia y www.rumbo.es y www.atrápalo.es porque según una noticia aparecida en varios medios de comunicación son de las pocas páginas Web de viajes totalmente transparentes al usuario.
En todas ellas he mirado los 5 viajes de ida y vuelta a Narita y a Kansai más baratos, llegando el 10 y saliendo el 20 de cada mes, desde Enero a Octubre de 2008 (no había datos ni de Noviembre ni Diciembre).
Los resultados
Primero mostraré los resultados cogiendo los billetes más baratos:
Pero para tener una visión más general, he hecho esto mismo calculando la media de los cinco vuelos más baratos:
En casi el 100% de los casos los vuelos a Narita salen más baratos que los vuelos a Kansai. En algunos casos, sobre todo los meses de verano, la diferencia es muy pequeña, pero en otros casos se puede ir a los 150 euros.
En cuanto a los meses, como esperaba, Julio y Agosto son prohibitivos, Septiembre es algo caro y el resto tienen precios similares cerca de los 800 euros. La diferencia entre estos meses está en torno a los 30 euros, aunque en Mayo, no se porqué, se eleva algo más y puede irse a los 50 euros.
Aunque mi idea es comprar el vuelo directamente a la compañía aérea, fijándome en las Web, no hay gran diferencia entre ellas, algunos meses edreams es la más barata, otros es rumbo y otros atrápalo.
Las compañías aéreas que ofrecen los vuelos a Japón más baratos son las siguientes:
• Air France. Muy pocos vuelos y de los más caros.
• Alitalia. Vuelos frecuentes y de los más baratos.
• Austrian Airlines. No destaca ni por su frecuencia ni por sus precios.
• British Airways. Vuelos frecuentes, algunos muy baratos y otros muy caros.
• KLM. Pocos vuelos y de los más caros.
• Lufthansa. Los que tienen mayor frecuencia de vuelos y muchos de ellos de los más baratos.
• Scandinavian Airlines. Pocos vuelos pero baratos.
• Swiss Airlines. Vuelos frecuentes, algunos muy caros y otros muy baratos.
• Virgin. Aunque solo aparezcan en edreams, tienen vuelos frecuentes y baratos.
En cuanto a las compañías españolas, Spanair tiene algún que otro vuelo conjunto con Lufthansa, Austrian Airlines y Scandinavian Airlines, a precios no muy baratos. Iberia también tiene algún otro con la British Airways pero con precios algo caros.
En conclusión, para mi viaje:
• El vuelo será ida y vuelta a Narita.
• Exceptuando Julio, Agosto y Septiembre, y teniendo en cuenta que el precio es prácticamente igual en el resto de meses, las fechas del viaje se podrían decidir entre esos meses en función de otros factores: los eventos, las fiestas, la aglomeración de turistas, etc…
• Ya que todas las compañías aéreas son de confianza, la elegida será la que ofrezca el vuelo más barato en su momento.
Con la duración del vuelo poco se puede hacer, es lo que hay, sólo queda hacerse a la idea y buscar un remedio para dormir y llevar mejor el jet lag. Sin embargo, con el precio, algo se puede conseguir. Buscando bien por Internet se pueden conseguir buenas ofertas. En algún foro he llegado a ver vuelos de ida y vuelta por 600 euros.
Otro tema importante relacionado con los vuelos a Japón es a qué aeropuerto se realiza el viaje. Japón tiene dos aeropuertos internacionales principales, el aeropuerto de Narita, a las afueras de Tokio, y el de Kansai, a las afueras de Osaka. Muchos mayoristas españoles vuelan a la ida a Narita, realizan el circuito y regresan a España desde Kansai. Esto, para un viaje por cuenta propia, como es el que estoy organizando es inasequible. Después de consultar varias Web de viajes he confirmado que comprar un billete de ida para un aeropuerto y el de vuelta desde otro dispara el precio, pudiendo resultar el total por 1600 euros. Por eso, la única opción que consideraré es comprar billetes de ida y vuelta, ya sea para Narita o Kansai.
Dicho todo esto, me he puesto a sondear los precios que hay ahora mismo para 2008 con vistas a averiguar lo siguiente:
• Si hay alguna diferencia sustancial de precio entre volar a Tokio o a Osaka.
• Si hay alguna época del año en la que los precios bajen considerablemente.
• Qué compañía aérea tiene mejor relación calidad – precio.
Para esto he consultado tres Web, www.edreams.com por ser la que más uso a pesar de alguna mala experiencia y www.rumbo.es y www.atrápalo.es porque según una noticia aparecida en varios medios de comunicación son de las pocas páginas Web de viajes totalmente transparentes al usuario.
En todas ellas he mirado los 5 viajes de ida y vuelta a Narita y a Kansai más baratos, llegando el 10 y saliendo el 20 de cada mes, desde Enero a Octubre de 2008 (no había datos ni de Noviembre ni Diciembre).
Los resultados
Primero mostraré los resultados cogiendo los billetes más baratos:
Pero para tener una visión más general, he hecho esto mismo calculando la media de los cinco vuelos más baratos:
En casi el 100% de los casos los vuelos a Narita salen más baratos que los vuelos a Kansai. En algunos casos, sobre todo los meses de verano, la diferencia es muy pequeña, pero en otros casos se puede ir a los 150 euros.
En cuanto a los meses, como esperaba, Julio y Agosto son prohibitivos, Septiembre es algo caro y el resto tienen precios similares cerca de los 800 euros. La diferencia entre estos meses está en torno a los 30 euros, aunque en Mayo, no se porqué, se eleva algo más y puede irse a los 50 euros.
Aunque mi idea es comprar el vuelo directamente a la compañía aérea, fijándome en las Web, no hay gran diferencia entre ellas, algunos meses edreams es la más barata, otros es rumbo y otros atrápalo.
Las compañías aéreas que ofrecen los vuelos a Japón más baratos son las siguientes:
• Air France. Muy pocos vuelos y de los más caros.
• Alitalia. Vuelos frecuentes y de los más baratos.
• Austrian Airlines. No destaca ni por su frecuencia ni por sus precios.
• British Airways. Vuelos frecuentes, algunos muy baratos y otros muy caros.
• KLM. Pocos vuelos y de los más caros.
• Lufthansa. Los que tienen mayor frecuencia de vuelos y muchos de ellos de los más baratos.
• Scandinavian Airlines. Pocos vuelos pero baratos.
• Swiss Airlines. Vuelos frecuentes, algunos muy caros y otros muy baratos.
• Virgin. Aunque solo aparezcan en edreams, tienen vuelos frecuentes y baratos.
En cuanto a las compañías españolas, Spanair tiene algún que otro vuelo conjunto con Lufthansa, Austrian Airlines y Scandinavian Airlines, a precios no muy baratos. Iberia también tiene algún otro con la British Airways pero con precios algo caros.
En conclusión, para mi viaje:
• El vuelo será ida y vuelta a Narita.
• Exceptuando Julio, Agosto y Septiembre, y teniendo en cuenta que el precio es prácticamente igual en el resto de meses, las fechas del viaje se podrían decidir entre esos meses en función de otros factores: los eventos, las fiestas, la aglomeración de turistas, etc…
• Ya que todas las compañías aéreas son de confianza, la elegida será la que ofrezca el vuelo más barato en su momento.
lunes, 19 de noviembre de 2007
Ocultos en la Fundación Canal
Después de pasarme los últimos fines de semana visitando exposiciones, esta vez convencí a Margarita para hacer algo realmente interesante, y fuimos a ver culos, o sea, la exposición de fotografía Ocultos, en la Fundación Canal.
La exposición está inspirada en los gabinetes ocultos, donde se escondían las pinturas de desnudos entre los siglos XVI y XIX y cuyo acceso era privado.
El montaje de la exposición tiene elementos originales, que no desvelaré pero que son un atractivo más de la visita.
Muy a mi pesar, pese a lo que pudiera parecer, no es una exposición soez o de mal gusto, sino que busca más bien la ironía, la elegancia, lo cotidiano…
Están ampliamente representados los fotógrafos de la agencia Mágnum como Capa, Cartier-Bresson, Elliott Erwitt y nombres tan populares como Sebastiao Salgado, Cristina García Rodero, Robert Mapplethorpe, René Magritte, Doisneau, Catalá Roca, Herb Ritts o Man Ray.
En mi opinión, las fotos más divertidas son las de los años 50, sobre todo una de Doisneau que reproduzco a continuación.
La exposición es cortita, pero para pasar un rato entretenido viendo buena fotografía merece la pena.
La exposición está inspirada en los gabinetes ocultos, donde se escondían las pinturas de desnudos entre los siglos XVI y XIX y cuyo acceso era privado.
El montaje de la exposición tiene elementos originales, que no desvelaré pero que son un atractivo más de la visita.
Muy a mi pesar, pese a lo que pudiera parecer, no es una exposición soez o de mal gusto, sino que busca más bien la ironía, la elegancia, lo cotidiano…
Están ampliamente representados los fotógrafos de la agencia Mágnum como Capa, Cartier-Bresson, Elliott Erwitt y nombres tan populares como Sebastiao Salgado, Cristina García Rodero, Robert Mapplethorpe, René Magritte, Doisneau, Catalá Roca, Herb Ritts o Man Ray.
En mi opinión, las fotos más divertidas son las de los años 50, sobre todo una de Doisneau que reproduzco a continuación.
La exposición es cortita, pero para pasar un rato entretenido viendo buena fotografía merece la pena.
viernes, 16 de noviembre de 2007
El JR Pass
La mejor forma de desplazarse por Japón, con diferencia, es en tren. Este país posee, tal vez, la red de ferrocarriles más moderna y eficiente de todo el mundo.
Por suerte para el turista, la Japan Railways (JR), pone a disposición de los visitantes extranjeros una serie de pases o bonos que abaratan mucho el uso de estos trenes.
La JR es una agrupación de compañías privadas independientes entre sí, cada una de las cuales gestiona una zona geográfica concreta y ofrece unos bonos determinados. Estas son las compañías y los pases que ofrecen:
• JR Hokkaido. Gestiona las líneas JR de la isla de Hokkaido, situada al norte de Japón. Ofrece los siguientes pases:
o JR Hokkaido Pass. Válido para todas las líneas de tren de la Hokkaido Railway co. y las líneas de autobuses de la JR Hokkaido bus. Para un mayor detalle de las estaciones, consultar este plano. El pase para 3 días cuesta 14000 Yenes (98 €) y el de 5 18000 Yenes (126 €).
• JR East. Gestiona las líneas JR desde Tokio hasta el norte de la península de Honshu, incluye Nikko pero ni Kamakura ni Yokohama (con una excepción), ambas al sur de Tokio. Ofrece numerosos pases:
o Tokyo Metripolitan District Pass. Pase de un día por las líneas JR de Tokio. Incluye las estaciones de este plano. Cuesta 730 Yenes (5,11 €).
o Tokyo Round Tour Ticket. Pase de un día por las líneas de JR, metro y ciertos autobuses de Tokio. En este plano se muestran las estaciones incluidas en él. Cuesta 1580 Yenes (11,06 €).
o Holiday Pass. Pase gratuito para los sábados, domingos y fiestas japonesas. Incluye Kamakura y Yokohama aunque hay que pagar un recargo. Este plano muestra las estaciones incluidas. Cuesta 2300 Yenes (16,10 €).
o JR East Pass. Incluye todas las líneas JR desde Tokio hasta el norte de la península de Honshu. El plano muestra las estaciones incluidas. El pase de 4 días flexibles o de 5 días cuesta 20000 Yenes (140 €) y el pase de 10 días 32000 Yenes (224 €).
o Seishun 18. Pase muy barato para 10 días por 11500 Yenes (80,50 €), pero con una validez de trenes muy reducida (no incluye los trenes bala).
• JR Central. Comprende la zona entre Tokio y Kioto. Ofrece el Shinkansen Tour, una serie de paquetes de viaje para turistas, bastante caros y que incluyen noches de hotel.
• JR West. Gestiona las líneas JR del Oeste de la península de Honshu. Ofrece dos pases cuya validez se muestra en el siguiente plano:
o Kansai Area Pass. Incluye Kioto, Nara, Himeji, Kobe y Osaka. El precio es de 2000 Yenes (14 €) un día, 4000 Yenes (28 €) dos días, 5000 Yenes (35 €) tres días y 6000 Yenes (42 €) cuatro días.
o Sanyo Area Pass. Incluye Himeji, Osaka, Hiroshima y Mijayima, pero ni Kioto ni Nara. El precio es de 20000 Yenes (140 €) cuatro días y 30000 Yenes (230 €) ocho días.
• JR Shikoku. Comprende todas las líneas JR de la isla de Shikoku. La web está en japonés, por lo que no he podido informarme de pases ni precios.
• JR Kyushu. Gestiona las líneas JR de la isla de Kyushu, al sur de Japón. Ofrece el siguiente pase:
o Kyushu Rail Pass. Válido para el Shinkansen Tsubame, el Limited Express Sonic y todas las líneas de tren Kyushu Railways co. Este plano muestra la zona de validez. Cuesta 13000 Yenes (91 €) tres días y 16000 Yenes (112 €) cinco días.
Además de estos pases, la JR ofrece uno más, el que sin duda es el más rentable, el JR Pass. Incluye todas las líneas JR del país, excepto la línea Nozomi, numerosas líneas de autobuses JR y un ferry a Mijayima.
El JR pass cuesta 28300 Yenes (198,10 €) siete días, 45100 Yenes (315,70 €) catorce días y 57700 Yenes (403,90 €) 21 días.
Teniendo en cuenta su validez y su precio, es indispensable adquirirlo si en el Viaje se van a realizar desplazamientos largos entre ciudades, como Tokio – Kioto, Kioto – Hiroshima, etc… Lo habitual es comprarlo con validez para un período algo inferior al del viaje, de forma que se emplee el pase en las escapadas y excursiones y se deje el resto de días para visitar Tokio o Kioto. Como ejemplo, para un viaje de 13 días en el que se vaya a ir de Tokio a Kioto y posteriormente se regrese de nuevo a Tokio, lo ideal sería comprar el JR Pass de 7 días, visitar Tokio sin usar el pase, empezar a usarlo en el viaje a Kioto y gastar esos 7 días visitando las ciudades de la zona y volviendo a Tokio. Aunque hay muchas opciones y la más barata dependerá de cada viaje en particular.
El JR Pass, al igual que la mayoría del resto de pases comentados, se vende sólo para turistas extranjeros, y por ello, sólo se puede comprar en el país de origen, nunca en Japón. Aquí se adquiere un bono, que posteriormente, en numerosas estaciones de Japón, se puede canjear por el JR Pass en sí. n España se puede adquirir en los siguientes puntos:
• En Barcelona, en la Plaza Paisos Catalans, teléfono 934914610.
• En Madrid:
o en las oficinas de la Jal Pak, en Príncipe de Vergara, 111.
o en la JTB, en la Plaza de Callao, nº 5, edificio de la FNAC, teléfono 915591597.
Por suerte para el turista, la Japan Railways (JR), pone a disposición de los visitantes extranjeros una serie de pases o bonos que abaratan mucho el uso de estos trenes.
La JR es una agrupación de compañías privadas independientes entre sí, cada una de las cuales gestiona una zona geográfica concreta y ofrece unos bonos determinados. Estas son las compañías y los pases que ofrecen:
• JR Hokkaido. Gestiona las líneas JR de la isla de Hokkaido, situada al norte de Japón. Ofrece los siguientes pases:
o JR Hokkaido Pass. Válido para todas las líneas de tren de la Hokkaido Railway co. y las líneas de autobuses de la JR Hokkaido bus. Para un mayor detalle de las estaciones, consultar este plano. El pase para 3 días cuesta 14000 Yenes (98 €) y el de 5 18000 Yenes (126 €).
• JR East. Gestiona las líneas JR desde Tokio hasta el norte de la península de Honshu, incluye Nikko pero ni Kamakura ni Yokohama (con una excepción), ambas al sur de Tokio. Ofrece numerosos pases:
o Tokyo Metripolitan District Pass. Pase de un día por las líneas JR de Tokio. Incluye las estaciones de este plano. Cuesta 730 Yenes (5,11 €).
o Tokyo Round Tour Ticket. Pase de un día por las líneas de JR, metro y ciertos autobuses de Tokio. En este plano se muestran las estaciones incluidas en él. Cuesta 1580 Yenes (11,06 €).
o Holiday Pass. Pase gratuito para los sábados, domingos y fiestas japonesas. Incluye Kamakura y Yokohama aunque hay que pagar un recargo. Este plano muestra las estaciones incluidas. Cuesta 2300 Yenes (16,10 €).
o JR East Pass. Incluye todas las líneas JR desde Tokio hasta el norte de la península de Honshu. El plano muestra las estaciones incluidas. El pase de 4 días flexibles o de 5 días cuesta 20000 Yenes (140 €) y el pase de 10 días 32000 Yenes (224 €).
o Seishun 18. Pase muy barato para 10 días por 11500 Yenes (80,50 €), pero con una validez de trenes muy reducida (no incluye los trenes bala).
• JR Central. Comprende la zona entre Tokio y Kioto. Ofrece el Shinkansen Tour, una serie de paquetes de viaje para turistas, bastante caros y que incluyen noches de hotel.
• JR West. Gestiona las líneas JR del Oeste de la península de Honshu. Ofrece dos pases cuya validez se muestra en el siguiente plano:
o Kansai Area Pass. Incluye Kioto, Nara, Himeji, Kobe y Osaka. El precio es de 2000 Yenes (14 €) un día, 4000 Yenes (28 €) dos días, 5000 Yenes (35 €) tres días y 6000 Yenes (42 €) cuatro días.
o Sanyo Area Pass. Incluye Himeji, Osaka, Hiroshima y Mijayima, pero ni Kioto ni Nara. El precio es de 20000 Yenes (140 €) cuatro días y 30000 Yenes (230 €) ocho días.
• JR Shikoku. Comprende todas las líneas JR de la isla de Shikoku. La web está en japonés, por lo que no he podido informarme de pases ni precios.
• JR Kyushu. Gestiona las líneas JR de la isla de Kyushu, al sur de Japón. Ofrece el siguiente pase:
o Kyushu Rail Pass. Válido para el Shinkansen Tsubame, el Limited Express Sonic y todas las líneas de tren Kyushu Railways co. Este plano muestra la zona de validez. Cuesta 13000 Yenes (91 €) tres días y 16000 Yenes (112 €) cinco días.
Además de estos pases, la JR ofrece uno más, el que sin duda es el más rentable, el JR Pass. Incluye todas las líneas JR del país, excepto la línea Nozomi, numerosas líneas de autobuses JR y un ferry a Mijayima.
El JR pass cuesta 28300 Yenes (198,10 €) siete días, 45100 Yenes (315,70 €) catorce días y 57700 Yenes (403,90 €) 21 días.
Teniendo en cuenta su validez y su precio, es indispensable adquirirlo si en el Viaje se van a realizar desplazamientos largos entre ciudades, como Tokio – Kioto, Kioto – Hiroshima, etc… Lo habitual es comprarlo con validez para un período algo inferior al del viaje, de forma que se emplee el pase en las escapadas y excursiones y se deje el resto de días para visitar Tokio o Kioto. Como ejemplo, para un viaje de 13 días en el que se vaya a ir de Tokio a Kioto y posteriormente se regrese de nuevo a Tokio, lo ideal sería comprar el JR Pass de 7 días, visitar Tokio sin usar el pase, empezar a usarlo en el viaje a Kioto y gastar esos 7 días visitando las ciudades de la zona y volviendo a Tokio. Aunque hay muchas opciones y la más barata dependerá de cada viaje en particular.
El JR Pass, al igual que la mayoría del resto de pases comentados, se vende sólo para turistas extranjeros, y por ello, sólo se puede comprar en el país de origen, nunca en Japón. Aquí se adquiere un bono, que posteriormente, en numerosas estaciones de Japón, se puede canjear por el JR Pass en sí. n España se puede adquirir en los siguientes puntos:
• En Barcelona, en la Plaza Paisos Catalans, teléfono 934914610.
• En Madrid:
o en las oficinas de la Jal Pak, en Príncipe de Vergara, 111.
o en la JTB, en la Plaza de Callao, nº 5, edificio de la FNAC, teléfono 915591597.
lunes, 12 de noviembre de 2007
Pompeya y Herculano en el Conde Duque
El Centro Cultural Conde Duque acoge durante estos días la exposición Pompeya y Herculano, a la sombra del Vesubio. Tuvimos la suerte de asistir a la visita guiada y esto es lo que vimos.
La erupción del Vesubio
Las piezas más impresionantes de la exposición, sin ninguna duda, son los calcos en yeso de tres de las personas fallecidas durante la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. No obstante, hay que puntualizar que sólo son réplicas de los originales que se conservan en Pompeya.
La erupción del Vesubio tuvo lugar un 24 de agosto y duró un día entero. A pesar de los signos que anunciaban la catástrofe, una serie de terremotos, prácticamente nadie supo interpretarlos.
Las gentes, que desconocían este tipo de fenómenos, atribuyeron las explosiones, cien veces más potentes que la bomba atómica, a un castigo divino y pensaron que acabaría pronto. Es por esto que muchos de los habitantes de Pompeya y Herculano no escaparon sino que se refugiaron en el interior de sus casas, donde encontraron la muerte. Otros, no obstante, acudieron a la playa tratando de huir.
El mejor testimonio que nos ha quedado del suceso es una carta de Plinio el Jóven, sobrino de Plinio el Viejo, naturalista y comandante de la flota romana por aquel entonces, que quiso la suerte que se encontrara muy cerca de Pompeya en el momento de los hechos. Plinio, interpretando correctamente los signos que el Vesubio le mandaba supo adivinar lo que se avecinaba y mandó sus naves a las playas a rescatar a los pompeyanos. Él, sin embargo, encontró la muerte.
De las 20.000 personas que habitaban en ese momento ambas ciudades, perecieron aproximadamente 2.000.
Pompeya, ciudad de vacaciones
Junto a las tres figuras humanas se encuentra el óleo de Pierre Jacques Volaire, Erupción del Vesubio desde el puente de la Magdalena.
Como nos explicó la guía de la visita, este tipo de cuadros, en los que fue maestro Canaletto, equivalen a las modernas postales. La sala muestra también varias acuarelas de Giacinto Gigante, autor italiano que pintó escenas de las ruinas de Pompeya.
Pompeya y Herculano eran, en época romana, lugares de veraneo de las clases acomodadas. Que la erupción tuviera lugar en agosto explica el porqué había tanta población en ambas ciudades y consecuentemente tantos fallecidos en la catástrofe.
Siglos después, las dos villas napolitanas continuaron siendo destinos turísticos formando parte del denominado Grand Tour, un viaje que solían realizar los jóvenes británicos de clase alta por Europa y que les llevaba desde Calais a Sicilia pasando por París, Ginebra, Florencia, Pisa, Roma…
Vida cotidiana en Pompeya y Herculano
La exposición se completa con objetos procedentes de las excavaciones como ánforas, cráteras, vasos de vino, sartenes, piezas de cerámica… que permiten imaginar cómo era la vida cotidiana en una casa romana.
En sus viviendas, los romanos destinaban un espacio al culto a sus divinidades, por eso en las excavaciones se han recuperado estatuillas de lares, manes y otros dioses.
Varios frescos, literalmente arrancados de las paredes, enmarcados y colocados en collage, dan una idea de cómo ha evolucionado el concepto de arqueología desde las primeras excavaciones, en el siglo XVIII, hasta nuestros días. Entonces primaba la estética y hoy en día la representación fidedigna de la historia.
Los frescos principales mostrados en la exposición representan al centauro Quirón instruyendo al héroe Aquiles y a Hércules con la piel del león de Nemea.
La visita guiada
A Margarita y a mi nos costó averiguar cuándo había visitas guiadas dado que el Centro Conde Duque no tiene página Web propia.
Por si os apetece ir, os informamos de que dichas visitas son los viernes y sábados a las 19:00 y los domingos y festivos a las 11:30.
La visita estuvo bien y los comentarios de la guía fueron bastante interesantes; para mí, sobre todo los relacionados con la erupción en sí. Eso sí, nos juntamos cerca de sesenta personas, lo que hizo que en algunos momentos fuera muy difícil seguir las explicaciones.
Además de los objetos expuestos, se proyectaban tres videos, aunque ni Margarita ni yo nos detuvimos a verlos. Me decepcionaron ciertos aspectos de la exposición, como su escaso número de piezas y que las figuras del principio fueran réplicas y no los originales, pero a pesar de esto recomiendo visitarla.
La erupción del Vesubio
Las piezas más impresionantes de la exposición, sin ninguna duda, son los calcos en yeso de tres de las personas fallecidas durante la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. No obstante, hay que puntualizar que sólo son réplicas de los originales que se conservan en Pompeya.
La erupción del Vesubio tuvo lugar un 24 de agosto y duró un día entero. A pesar de los signos que anunciaban la catástrofe, una serie de terremotos, prácticamente nadie supo interpretarlos.
Las gentes, que desconocían este tipo de fenómenos, atribuyeron las explosiones, cien veces más potentes que la bomba atómica, a un castigo divino y pensaron que acabaría pronto. Es por esto que muchos de los habitantes de Pompeya y Herculano no escaparon sino que se refugiaron en el interior de sus casas, donde encontraron la muerte. Otros, no obstante, acudieron a la playa tratando de huir.
El mejor testimonio que nos ha quedado del suceso es una carta de Plinio el Jóven, sobrino de Plinio el Viejo, naturalista y comandante de la flota romana por aquel entonces, que quiso la suerte que se encontrara muy cerca de Pompeya en el momento de los hechos. Plinio, interpretando correctamente los signos que el Vesubio le mandaba supo adivinar lo que se avecinaba y mandó sus naves a las playas a rescatar a los pompeyanos. Él, sin embargo, encontró la muerte.
De las 20.000 personas que habitaban en ese momento ambas ciudades, perecieron aproximadamente 2.000.
Pompeya, ciudad de vacaciones
Junto a las tres figuras humanas se encuentra el óleo de Pierre Jacques Volaire, Erupción del Vesubio desde el puente de la Magdalena.
Como nos explicó la guía de la visita, este tipo de cuadros, en los que fue maestro Canaletto, equivalen a las modernas postales. La sala muestra también varias acuarelas de Giacinto Gigante, autor italiano que pintó escenas de las ruinas de Pompeya.
Pompeya y Herculano eran, en época romana, lugares de veraneo de las clases acomodadas. Que la erupción tuviera lugar en agosto explica el porqué había tanta población en ambas ciudades y consecuentemente tantos fallecidos en la catástrofe.
Siglos después, las dos villas napolitanas continuaron siendo destinos turísticos formando parte del denominado Grand Tour, un viaje que solían realizar los jóvenes británicos de clase alta por Europa y que les llevaba desde Calais a Sicilia pasando por París, Ginebra, Florencia, Pisa, Roma…
Vida cotidiana en Pompeya y Herculano
La exposición se completa con objetos procedentes de las excavaciones como ánforas, cráteras, vasos de vino, sartenes, piezas de cerámica… que permiten imaginar cómo era la vida cotidiana en una casa romana.
En sus viviendas, los romanos destinaban un espacio al culto a sus divinidades, por eso en las excavaciones se han recuperado estatuillas de lares, manes y otros dioses.
Varios frescos, literalmente arrancados de las paredes, enmarcados y colocados en collage, dan una idea de cómo ha evolucionado el concepto de arqueología desde las primeras excavaciones, en el siglo XVIII, hasta nuestros días. Entonces primaba la estética y hoy en día la representación fidedigna de la historia.
Los frescos principales mostrados en la exposición representan al centauro Quirón instruyendo al héroe Aquiles y a Hércules con la piel del león de Nemea.
La visita guiada
A Margarita y a mi nos costó averiguar cuándo había visitas guiadas dado que el Centro Conde Duque no tiene página Web propia.
Por si os apetece ir, os informamos de que dichas visitas son los viernes y sábados a las 19:00 y los domingos y festivos a las 11:30.
La visita estuvo bien y los comentarios de la guía fueron bastante interesantes; para mí, sobre todo los relacionados con la erupción en sí. Eso sí, nos juntamos cerca de sesenta personas, lo que hizo que en algunos momentos fuera muy difícil seguir las explicaciones.
Además de los objetos expuestos, se proyectaban tres videos, aunque ni Margarita ni yo nos detuvimos a verlos. Me decepcionaron ciertos aspectos de la exposición, como su escaso número de piezas y que las figuras del principio fueran réplicas y no los originales, pero a pesar de esto recomiendo visitarla.
viernes, 9 de noviembre de 2007
La Bella y la Bestia en el teatro Coliseum
La Gran Vía madrileña vuelve a estrenar la que en su momento fue el musical de más éxito y más permanencia en la cartelera de Madrid, La Bella y la Bestia, basada, por supuesto en la película de Disney, la primera y hasta el momento única obra de animación nominada al Oscar a la mejor película, corregidme si me equivoco. Si en 1999 la vimos en el teatro Lope de Vega, esta vez fue en el teatro Coliseum y con una escenografía y reparto totalmente distinto. Ya aviso que no incluiré ningún spoiler para no estropear la obra a nadie.
Tuve la oportunidad de ver 2 veces aquella obra, gratis en una de las ocasiones al aprovechar una oferta, y esta vez tuve la suerte de verla de nuevo gratis aprovechando que a Margarita le regalaron dos entradas. Así que, sin el inconveniente del precio, que me sigue pareciendo caro en casi cualquier musical estrenado y el aspecto más negativo de ellos, me dispuse a disfrutar la obra.
La primera vez que vi la obra me gustó muchísimo, fue espectacular en todos los aspectos, escenografía, interpretaciones, música, efectos especiales… y era inevitable que esta vez comparara el reestreno con la obra original.
La comparación con la versión original
El reestreno me gustó bastante, pero no tanto como la primera versión. Es prácticamente igual, aunque casualmente, en varios de los aspectos que más me gustaron de la primera, es justo donde más floja me parece esta:
• En esta ocasión, la introducción de la obra se realizó proyectando sobre el telón un vídeo bastante mejorable teniendo en cuenta lo que hoy en día se puede hacer con un PC. Si no recuerdo mal, y si alguien me puede corregir que lo haga, en la versión original la introducción se realizó con actores, y quedó, lógicamente, mucho mejor.
• La escena de baile con jarras en el bar. La que en su momento me pareció la escena más espectacular junto con el clásico tema “Qué festín”, en esta ocasión me resultó algo decepcionante.
• La transformación física de dos personajes, que en el primer visionado fue un truco de magia increíblemente realista, en esta ocasión se realizó con un truco bastante burdo.
Eso sí, en esta ocasión, se añadió una sorpresa al final de un número que me pareció muy original y simpática, sobre todo para los muchos niños que habían ido a ver la obra. No explicaré más de esta sorpresa para no estropeársela a nadie.
La obra en sí
Por lo demás, como ya he comentado, la obra es casi idéntica a la original. La escenografía es simplemente espectacular. Todavía me pregunto cómo hacen para manejar tantos decorados, de ese tamaño con la soltura que lo hacen, aparecen y desaparecen como si nada. Y estos decorados están muy bien acabados, dándole el toque de dibujos animados perfectos para la obra.
Las interpretaciones, de nuevo estupendas, desde el primero al último. Como era de imaginar, Gastón, Lefou, Lumiere y por supuesto Bella y Bestia, los protagonistas de la historia, se llevaron una gran ovación al final de la obra.
Un aspecto negativo al menos para mí, pero no probablemente para el resto de espectadores fue la música, no la interpretación de la misma, que fue muy buena, sino los temas en sí. La Bella y la Bestia no es mi musical favorito. Tiene 2 temas que me gustan mucho, “Qué festín” y el tema principal de la obra, pero el resto no me entusiasman. Eso hace que en algunos momentos, algunos temas y escenas me llegaran a aburrir.
A Margarita y a mi se nos hizo larga la obra, de casi 2 horas y media con 15 minutos de descanso, tal vez, precisamente por el hecho de que no todos los temas nos gustaban. Eso sí, los niños que estaban presente, parece que se divirtieron muchísimo a pesar de la duración.
En definitiva, el musical es recomendable, sobre todo para los niños, y si es en un horario más barato, mejor aún. Aunque yo sigo prefiriendo Jesucristo Superstar, aunque claro, de él me gustan el 90% de sus canciones.
Tuve la oportunidad de ver 2 veces aquella obra, gratis en una de las ocasiones al aprovechar una oferta, y esta vez tuve la suerte de verla de nuevo gratis aprovechando que a Margarita le regalaron dos entradas. Así que, sin el inconveniente del precio, que me sigue pareciendo caro en casi cualquier musical estrenado y el aspecto más negativo de ellos, me dispuse a disfrutar la obra.
La primera vez que vi la obra me gustó muchísimo, fue espectacular en todos los aspectos, escenografía, interpretaciones, música, efectos especiales… y era inevitable que esta vez comparara el reestreno con la obra original.
La comparación con la versión original
El reestreno me gustó bastante, pero no tanto como la primera versión. Es prácticamente igual, aunque casualmente, en varios de los aspectos que más me gustaron de la primera, es justo donde más floja me parece esta:
• En esta ocasión, la introducción de la obra se realizó proyectando sobre el telón un vídeo bastante mejorable teniendo en cuenta lo que hoy en día se puede hacer con un PC. Si no recuerdo mal, y si alguien me puede corregir que lo haga, en la versión original la introducción se realizó con actores, y quedó, lógicamente, mucho mejor.
• La escena de baile con jarras en el bar. La que en su momento me pareció la escena más espectacular junto con el clásico tema “Qué festín”, en esta ocasión me resultó algo decepcionante.
• La transformación física de dos personajes, que en el primer visionado fue un truco de magia increíblemente realista, en esta ocasión se realizó con un truco bastante burdo.
Eso sí, en esta ocasión, se añadió una sorpresa al final de un número que me pareció muy original y simpática, sobre todo para los muchos niños que habían ido a ver la obra. No explicaré más de esta sorpresa para no estropeársela a nadie.
La obra en sí
Por lo demás, como ya he comentado, la obra es casi idéntica a la original. La escenografía es simplemente espectacular. Todavía me pregunto cómo hacen para manejar tantos decorados, de ese tamaño con la soltura que lo hacen, aparecen y desaparecen como si nada. Y estos decorados están muy bien acabados, dándole el toque de dibujos animados perfectos para la obra.
Las interpretaciones, de nuevo estupendas, desde el primero al último. Como era de imaginar, Gastón, Lefou, Lumiere y por supuesto Bella y Bestia, los protagonistas de la historia, se llevaron una gran ovación al final de la obra.
Un aspecto negativo al menos para mí, pero no probablemente para el resto de espectadores fue la música, no la interpretación de la misma, que fue muy buena, sino los temas en sí. La Bella y la Bestia no es mi musical favorito. Tiene 2 temas que me gustan mucho, “Qué festín” y el tema principal de la obra, pero el resto no me entusiasman. Eso hace que en algunos momentos, algunos temas y escenas me llegaran a aburrir.
A Margarita y a mi se nos hizo larga la obra, de casi 2 horas y media con 15 minutos de descanso, tal vez, precisamente por el hecho de que no todos los temas nos gustaban. Eso sí, los niños que estaban presente, parece que se divirtieron muchísimo a pesar de la duración.
En definitiva, el musical es recomendable, sobre todo para los niños, y si es en un horario más barato, mejor aún. Aunque yo sigo prefiriendo Jesucristo Superstar, aunque claro, de él me gustan el 90% de sus canciones.
domingo, 4 de noviembre de 2007
Durero y Cranach en el Museo Thyssen
A pesar de ser Amigo del Thyssen, no pude apuntarme a la visita guiada que el Museo organiza con cada exposición para los socios, así que, en esta ocasión, tendréis que conformaros con mis comentarios, que no son los de un experto. Eso sí, me he documentado bastante sobre Durero y Cranach: Arte y Humanismo en la Alemania del Renacimiento.
Durero: el artista total
Alberto Durero es el protagonista indiscutible de esta exposición. Tras ver los ejemplos expuestos de su obra me queda claro que Durero fue el Ágatha Ruíz de la Prada de su tiempo. Prácticamente, lo primero que encuentras al entrar es su famoso Autorretrato traído de la colección del Museo del Prado en el que viste con ropajes a la moda. Como si de un fotógrafo de la Pasarela Cibeles se tratase, gustaba de pintar bocetos de las mujeres de su época vestidas a la moda de Venecia y Nuremberg.
Ejemplos de su carácter polifacético los encontramos en los diseños que hace de vidrieras y armaduras, una de las cuales, con un yelmo totalmente futurista se expone en la Fundación Cajamadrid (de la que prometo un post específico más adelante).
Además de sus óleos sobre tabla y sus dibujos, lo característico de este artista son las estampas, no en vano se acababa de inventar hacía menos de un siglo la imprenta.
Uno de los rasgos que definen a Durero como renacentista es su interés por representar casi científicamente la naturaleza, como puede apreciarse en sus numerosas obras de plantas y animales, algunos de los cuales pinta a partir de descripciones. El ejemplo más claro de esto es su famoso Rinoceronte, un animal que no se había visto en Europa desde tiempos de los romanos y que se consideraba un ser mitológico como el unicornio.
Este interés por la observación científica llevó a Durero a escribir estudios sobre las proporciones del cuerpo humano o sobre otros temas como las técnicas de dibujo, al igual que hacía su contemporáneo Leonardo da Vinci.
El otro protagonista de esta exposición, Lucas Cranach, el Viejo, queda en un completo segundo plano con respecto a Durero. El número de obras expuestas es inferior, e incluso en algún momento parece tener más presencia el discípulo de Durero Hans Baldung Grien.
El Renacimiento Alemán
Una de las características representativas del Renacimiento alemán es que los autores adquieren consciencia de sí mismos como artistas. Estos autores viven en un estado de melancolía. La que hasta ese momento se había considerado una enfermedad con cabida en los libros de medicina, se convierte ahora en un estado intelectual del artista, de intensa creatividad e imaginación.
La temática de las obras cambió en estos años por influjo de la Reforma. Lo que hasta entonces habían sido principalmente temas religiosos, se ven sustituidos por encargos de retratos de las clases altas y de comerciantes.
En conjunto, las obras de la exposición se organizan en 8 apartados, cada uno de los cuales trata un tema específico y que, a mi modo de ver, hace que le falte un hilo conductor explícito que los enmarque a todos, más allá del Renacimiento alemán en sí mismo.
Durero: el artista total
Alberto Durero es el protagonista indiscutible de esta exposición. Tras ver los ejemplos expuestos de su obra me queda claro que Durero fue el Ágatha Ruíz de la Prada de su tiempo. Prácticamente, lo primero que encuentras al entrar es su famoso Autorretrato traído de la colección del Museo del Prado en el que viste con ropajes a la moda. Como si de un fotógrafo de la Pasarela Cibeles se tratase, gustaba de pintar bocetos de las mujeres de su época vestidas a la moda de Venecia y Nuremberg.
Ejemplos de su carácter polifacético los encontramos en los diseños que hace de vidrieras y armaduras, una de las cuales, con un yelmo totalmente futurista se expone en la Fundación Cajamadrid (de la que prometo un post específico más adelante).
Además de sus óleos sobre tabla y sus dibujos, lo característico de este artista son las estampas, no en vano se acababa de inventar hacía menos de un siglo la imprenta.
Uno de los rasgos que definen a Durero como renacentista es su interés por representar casi científicamente la naturaleza, como puede apreciarse en sus numerosas obras de plantas y animales, algunos de los cuales pinta a partir de descripciones. El ejemplo más claro de esto es su famoso Rinoceronte, un animal que no se había visto en Europa desde tiempos de los romanos y que se consideraba un ser mitológico como el unicornio.
Este interés por la observación científica llevó a Durero a escribir estudios sobre las proporciones del cuerpo humano o sobre otros temas como las técnicas de dibujo, al igual que hacía su contemporáneo Leonardo da Vinci.
El otro protagonista de esta exposición, Lucas Cranach, el Viejo, queda en un completo segundo plano con respecto a Durero. El número de obras expuestas es inferior, e incluso en algún momento parece tener más presencia el discípulo de Durero Hans Baldung Grien.
El Renacimiento Alemán
Una de las características representativas del Renacimiento alemán es que los autores adquieren consciencia de sí mismos como artistas. Estos autores viven en un estado de melancolía. La que hasta ese momento se había considerado una enfermedad con cabida en los libros de medicina, se convierte ahora en un estado intelectual del artista, de intensa creatividad e imaginación.
La temática de las obras cambió en estos años por influjo de la Reforma. Lo que hasta entonces habían sido principalmente temas religiosos, se ven sustituidos por encargos de retratos de las clases altas y de comerciantes.
En conjunto, las obras de la exposición se organizan en 8 apartados, cada uno de los cuales trata un tema específico y que, a mi modo de ver, hace que le falte un hilo conductor explícito que los enmarque a todos, más allá del Renacimiento alemán en sí mismo.
sábado, 3 de noviembre de 2007
Primeras ideas para el viaje a Japón
Lo primero que me he planteado para el viaje es ¿qué visito?
No hace falta leer mucho para darse cuenta de que la típica visita a Japón incluye una serie de noches en Tokio, una serie de noches en Kioto y hacer escapadas desde aquí a los alrededores, aunque estos alrededores pueden estar a 400 kilómetros de distancia.
Aunque no me he planteado aún el número de días a pasar allí, éstos oscilarán entre 11 y 15, aunque por lo que he podido comprobar, una buena relación duración - precio es de 13 días. En cualquier caso, como digo, todavía no he decidido la duración del viaje. De momento, lo primero que consideraré es qué escapadas merecen la pena desde Tokio y desde Kioto.
Lo que expongo a continuación es mi selección de las escapadas que estoy considerando, selección que he hecho tras leer el foro de Viaje a Japón, el de Los Viajeros, foro muy bueno que descubrí hace poco, y las guías de viaje ya comentadas.
Desde Tokio:
• Nikko. Es una de las poblaciones con más templos de todo Japón. Una visita imprescindible según todas las fuentes consultadas.
• Kamakura. Antigua capital, cuenta también con una gran cantidad de templos. En comparación con Nikko, Kamakura no es considerada tan imprescindible.
• Yokohama. La segunda ciudad más grande de Japón, es del estilo de Tokio aunque con una personalidad propia que la diferencia de la capital japonesa. Una opción bastante aconsejada es la de visitar en el mismo día Kamakura y Yokohama, ambas, ciudades muy cercanas entre sí.
• Monte Fuji. Uno de los lugares que más turistas atrae de todo Japón. Se suele visitar los 5 lagos situados en las laderas del monte Fuji y, desde allí, los viajeros atrevidos, emprenden el ascenso, a pie en su mayor parte, hasta la cima del cráter.
• Hakone. Población muy cercana al monte Fuji y que en muchas ocasiones sirve de punto de partida para visitar el monte. Es muy turística y posee baños onsen (termales), zonas con vapores volcánicos…
Desde Kioto:
• Nara. La que fue primera capital del país, es otro de los destinos considerados imprescindibles por todas las fuentes. Posee entre sus múltiples templos, 8 declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
• Osaka. El segundo foco de urbanismo moderno de Japón, tras Tokio. No alcanza a ésta pero tiene sus encantos, sobre todo sus restaurantes y el ambiente nocturno de algunos barrios.
• Himeji. El mayor y más extraordinario de los castillos japoneses. En la mayoría de mis fuentes se recomienda su visita. Se puede visitar en medio día, con lo que el resto del día se puede dedicar a Kioto, Osaka o Kobe, que no he incluido en mi lista porque no me ha convencido nada.
• Hiroshima. La famosísima ciudad tiene como principales atracciones los monumentos conmemorativos de la bomba nuclear. Es por ello que mucha gente considera que es preferible dedicar el tiempo a otras ciudades con más oferta turística. Admito que a mí me emocionaría ver esta ciudad y sus monumentos.
• Mijayima. Pequeña isla cerca de Hiroshima que cuenta con ciertos templos o monumentos importantes. Aunque en las guías de viaje que tengo no se hace especial hincapié en visitarla, de los foreros que la han visitado la casi la totalidad coinciden en que es el sitio más bonito que han visto en Japón.
Ahora mismo tengo dudas sobre qué excursiones elegir y cuales descartar. Para gustos los colores, y lógicamente leo que ciertas personas disfrutaron mucho de ciertos lugares y que otras no creen que el mismo mereciera la pena. Doy por hecho que con cada post, con cada web, con cada reportaje que lea, mi idea de qué visitar irá cambiando.
En definitiva, a día de hoy mi primera versión del viaje sería la siguiente:
4 días a Tokio.
1 día a Nikko.
1 día a Kamakura – Yokohama.
3 días a Kioto.
1 día a Nara.
1 día a Himeji – Osaka.
1 día a Hiroshima – Mijayima.
No hace falta leer mucho para darse cuenta de que la típica visita a Japón incluye una serie de noches en Tokio, una serie de noches en Kioto y hacer escapadas desde aquí a los alrededores, aunque estos alrededores pueden estar a 400 kilómetros de distancia.
Aunque no me he planteado aún el número de días a pasar allí, éstos oscilarán entre 11 y 15, aunque por lo que he podido comprobar, una buena relación duración - precio es de 13 días. En cualquier caso, como digo, todavía no he decidido la duración del viaje. De momento, lo primero que consideraré es qué escapadas merecen la pena desde Tokio y desde Kioto.
Lo que expongo a continuación es mi selección de las escapadas que estoy considerando, selección que he hecho tras leer el foro de Viaje a Japón, el de Los Viajeros, foro muy bueno que descubrí hace poco, y las guías de viaje ya comentadas.
Desde Tokio:
• Nikko. Es una de las poblaciones con más templos de todo Japón. Una visita imprescindible según todas las fuentes consultadas.
• Kamakura. Antigua capital, cuenta también con una gran cantidad de templos. En comparación con Nikko, Kamakura no es considerada tan imprescindible.
• Yokohama. La segunda ciudad más grande de Japón, es del estilo de Tokio aunque con una personalidad propia que la diferencia de la capital japonesa. Una opción bastante aconsejada es la de visitar en el mismo día Kamakura y Yokohama, ambas, ciudades muy cercanas entre sí.
• Monte Fuji. Uno de los lugares que más turistas atrae de todo Japón. Se suele visitar los 5 lagos situados en las laderas del monte Fuji y, desde allí, los viajeros atrevidos, emprenden el ascenso, a pie en su mayor parte, hasta la cima del cráter.
• Hakone. Población muy cercana al monte Fuji y que en muchas ocasiones sirve de punto de partida para visitar el monte. Es muy turística y posee baños onsen (termales), zonas con vapores volcánicos…
Desde Kioto:
• Nara. La que fue primera capital del país, es otro de los destinos considerados imprescindibles por todas las fuentes. Posee entre sus múltiples templos, 8 declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
• Osaka. El segundo foco de urbanismo moderno de Japón, tras Tokio. No alcanza a ésta pero tiene sus encantos, sobre todo sus restaurantes y el ambiente nocturno de algunos barrios.
• Himeji. El mayor y más extraordinario de los castillos japoneses. En la mayoría de mis fuentes se recomienda su visita. Se puede visitar en medio día, con lo que el resto del día se puede dedicar a Kioto, Osaka o Kobe, que no he incluido en mi lista porque no me ha convencido nada.
• Hiroshima. La famosísima ciudad tiene como principales atracciones los monumentos conmemorativos de la bomba nuclear. Es por ello que mucha gente considera que es preferible dedicar el tiempo a otras ciudades con más oferta turística. Admito que a mí me emocionaría ver esta ciudad y sus monumentos.
• Mijayima. Pequeña isla cerca de Hiroshima que cuenta con ciertos templos o monumentos importantes. Aunque en las guías de viaje que tengo no se hace especial hincapié en visitarla, de los foreros que la han visitado la casi la totalidad coinciden en que es el sitio más bonito que han visto en Japón.
Ahora mismo tengo dudas sobre qué excursiones elegir y cuales descartar. Para gustos los colores, y lógicamente leo que ciertas personas disfrutaron mucho de ciertos lugares y que otras no creen que el mismo mereciera la pena. Doy por hecho que con cada post, con cada web, con cada reportaje que lea, mi idea de qué visitar irá cambiando.
En definitiva, a día de hoy mi primera versión del viaje sería la siguiente:
4 días a Tokio.
1 día a Nikko.
1 día a Kamakura – Yokohama.
3 días a Kioto.
1 día a Nara.
1 día a Himeji – Osaka.
1 día a Hiroshima – Mijayima.
jueves, 1 de noviembre de 2007
Misterioso asesinato en Mahattan en el teatro Maravillas
El teatro Maravillas acaba de reestrenar la obra Misterioso Asesinato en Manhattan. La había ido a ver hace unos meses cuando la estrenaron por primera vez, y como me gustó mucho decidí volverla a ver, esta vez, acompañado por Margarita.
El plantel de la obra lo forman los mismos actores del primer estreno con la excepción del actor que interpreta al amigo del matrimonio Lipton, hecho que me alegró ya que, sin ser malo, este personaje me pareció el más flojo del primer estreno.
La obra está basada en la película del mismo título de Woody Allen, aunque más que basada se podría decir que es un calco de la misma ya que la mayor parte de los diálogos son idénticos a los de la película. A pesar de que este hecho pueda echar para atrás a más de uno, la obra es muy divertida, lo cual se debe en su mayor parte a la actuación del genial Enrique San Francisco. Él solo sostiene toda la obra.
A diferencia de la primera vez que vi la obra, en esta ocasión, Enrique San Francisco se muestra mucho más histriónico, lo cual hace que la obra sea incluso más divertida, al menos así pareció resultarle al resto de espectadores, al igual que a mí. Es cierto que con esta interpretación, el personaje de Larry Lipton es el que más se diferencia con respecto a la película, pero me parece necesario para dar un toque mayor de humor a la obra.
La representación es relativamente corta, dura una hora y media, se ve con mucha facilidad, y el precio es de 25 euros, aunque buscando ofertas de última hora se puede encontrar por hasta 16 euros.
Si se es fan de Quique San Francisco, de Woody Allen o del teatro con humor, es una obra muy recomendable.
El plantel de la obra lo forman los mismos actores del primer estreno con la excepción del actor que interpreta al amigo del matrimonio Lipton, hecho que me alegró ya que, sin ser malo, este personaje me pareció el más flojo del primer estreno.
La obra está basada en la película del mismo título de Woody Allen, aunque más que basada se podría decir que es un calco de la misma ya que la mayor parte de los diálogos son idénticos a los de la película. A pesar de que este hecho pueda echar para atrás a más de uno, la obra es muy divertida, lo cual se debe en su mayor parte a la actuación del genial Enrique San Francisco. Él solo sostiene toda la obra.
A diferencia de la primera vez que vi la obra, en esta ocasión, Enrique San Francisco se muestra mucho más histriónico, lo cual hace que la obra sea incluso más divertida, al menos así pareció resultarle al resto de espectadores, al igual que a mí. Es cierto que con esta interpretación, el personaje de Larry Lipton es el que más se diferencia con respecto a la película, pero me parece necesario para dar un toque mayor de humor a la obra.
La representación es relativamente corta, dura una hora y media, se ve con mucha facilidad, y el precio es de 25 euros, aunque buscando ofertas de última hora se puede encontrar por hasta 16 euros.
Si se es fan de Quique San Francisco, de Woody Allen o del teatro con humor, es una obra muy recomendable.
martes, 30 de octubre de 2007
Las guías de viaje
Volar 13000 Kilómetros entre España y Japón y quedarse sólo en Tokio, por mucho Tokio que sea, es un poco desaprovechar la oportunidad. Así que, desde el principio tuve muy claro que visitaría todo lo que entrara dentro de mis posibilidades, por lo que me compré una guía que incluyera todo Japón.
Después de varios viajes, he comprobado que lo que más acabo utilizando de las guías son los callejeros y los itinerarios sugeridos al turista por las calles de las ciudades. Tratándose de una guía de todo un país y no exclusivamente de una ciudad, es muy difícil encontrar una que reúna estas características. Así que, de todo lo que vi en un primer momento, me decanté por la Guía de Japón de El País Aguilar.
Las guías de El País Aguilar siempre me han gustado mucho por su maquetación, lo bien organizadas que están y su gran cantidad de fotos a color. Ésta en concreto tiene además gran cantidad de itinerarios sugeridos por algunos barrios o zonas de las más importantes, no solo de Tokio, sino también de otras muchas ciudades.
Lo peor, sólo viene con callejero de Tokio y éste no es gran cosa, además, la información sobre los transportes, cómo acceder a las ciudades, es mejorable. Sin ser escasa, se echa en falta más, sobre todo tratándose de un país como Japón en el que perderse en su intrincada red de metro y tren es muy probable. Por ejemplo, sólo viene plano de metro de Tokio.
Algún mes más tarde, y tras leer en todos y cada uno de los foros en los que entraba que era la mejor considerada, decidí comprar la guía de Japón de Lonely Planet.
En un primer momento no me atrajo por 2 aspectos que suelen superarme en la compra de guías de viaje:
• Tiene poquísimas fotos.
• Agobia ver tanta cantidad de letras.
Pero una vez que la compré, me di cuenta de que, efectivamente, es la mejor, difícilmente superable e indispensable si se piensa ir a Japón y uno no tiene un amigo nativo que le sirva de guía.
La guía de Lonely Planet va al grano, ¿para qué poner fotos si en Internet te cansas de verlas? Aprovecha hasta el último centímetro de guía con información útil y alguna que otra anécdota que hace su lectura más amena. Especialmente impresionantes son los apartados dedicados a cómo acceder a las distintas ciudades o barrios. Leyéndolos es imposible perderse, sus descripciones incluyen número de autobús, parada en la que te tienes que bajar, anden de donde sale el tren… e incluso, en algún caso te dice que te subas en los 2 primeros vagones ya que el resto se separan del tren en una estación. ¡Eso es detalle!. Se nota que está escrita por gente que vive o ha vivido gran parte de su vida allí. Además, viene, no solo con el plano de metro de Tokio, sino con el plano de transportes de Kioto y el de metro de Osaka, información bastante útil que no todas las guías incluyen.
Sólo le pongo una pega, no me gusta cómo está separada la información. Me explico, hay tanto texto que, entre negritas, subrayados, fuentes más grandes y más pequeñas, a veces es difícil saber si te encuentras al principio de un apartado, en mitad de él…encontrar cierta información a veces se hace bastante complicado. A pesar de esto, creo que se has ganado su fama con motivo.
Después de varios viajes, he comprobado que lo que más acabo utilizando de las guías son los callejeros y los itinerarios sugeridos al turista por las calles de las ciudades. Tratándose de una guía de todo un país y no exclusivamente de una ciudad, es muy difícil encontrar una que reúna estas características. Así que, de todo lo que vi en un primer momento, me decanté por la Guía de Japón de El País Aguilar.
Las guías de El País Aguilar siempre me han gustado mucho por su maquetación, lo bien organizadas que están y su gran cantidad de fotos a color. Ésta en concreto tiene además gran cantidad de itinerarios sugeridos por algunos barrios o zonas de las más importantes, no solo de Tokio, sino también de otras muchas ciudades.
Lo peor, sólo viene con callejero de Tokio y éste no es gran cosa, además, la información sobre los transportes, cómo acceder a las ciudades, es mejorable. Sin ser escasa, se echa en falta más, sobre todo tratándose de un país como Japón en el que perderse en su intrincada red de metro y tren es muy probable. Por ejemplo, sólo viene plano de metro de Tokio.
Algún mes más tarde, y tras leer en todos y cada uno de los foros en los que entraba que era la mejor considerada, decidí comprar la guía de Japón de Lonely Planet.
En un primer momento no me atrajo por 2 aspectos que suelen superarme en la compra de guías de viaje:
• Tiene poquísimas fotos.
• Agobia ver tanta cantidad de letras.
Pero una vez que la compré, me di cuenta de que, efectivamente, es la mejor, difícilmente superable e indispensable si se piensa ir a Japón y uno no tiene un amigo nativo que le sirva de guía.
La guía de Lonely Planet va al grano, ¿para qué poner fotos si en Internet te cansas de verlas? Aprovecha hasta el último centímetro de guía con información útil y alguna que otra anécdota que hace su lectura más amena. Especialmente impresionantes son los apartados dedicados a cómo acceder a las distintas ciudades o barrios. Leyéndolos es imposible perderse, sus descripciones incluyen número de autobús, parada en la que te tienes que bajar, anden de donde sale el tren… e incluso, en algún caso te dice que te subas en los 2 primeros vagones ya que el resto se separan del tren en una estación. ¡Eso es detalle!. Se nota que está escrita por gente que vive o ha vivido gran parte de su vida allí. Además, viene, no solo con el plano de metro de Tokio, sino con el plano de transportes de Kioto y el de metro de Osaka, información bastante útil que no todas las guías incluyen.
Sólo le pongo una pega, no me gusta cómo está separada la información. Me explico, hay tanto texto que, entre negritas, subrayados, fuentes más grandes y más pequeñas, a veces es difícil saber si te encuentras al principio de un apartado, en mitad de él…encontrar cierta información a veces se hace bastante complicado. A pesar de esto, creo que se has ganado su fama con motivo.
domingo, 28 de octubre de 2007
Jesucristo Superstar en el teatro Lope de Vega
Jesucristo Superstar es mi musical favorito, mucho más en inglés que en castellano, pero dado que no se puede disfrutar aquí en inglés, en cuanto se estrenó en nuestro idioma en el teatro Lope de Vega de la Gran Vía madrileña, fui a verlo junto con Margarita y mi hermana.
Previamente había leído críticas negativas respecto a la escasez de medios utilizados durante la representación, pero como digo yo, es que el Jesucristo Superstar no da para mucho en este aspecto, la versión original transcurre en un desierto, y en cuanto al vestuario…no hay más que ver la película de Norman Jewison para ver que él tampoco se explayó mucho en el mismo. En resumen, esta economía de medios no es algo que me preocupara a mí especialmente. Es más, incluso en un par de ocasiones me gustó bastante. Dando por hecho que no fastidiaré a nadie la historia, diré que los momentos que más me gustaron por espectaculares fueron el suicidio de Judas, la crucifixión de Jesucristo, la bajada de un puente que colocan a media altura sobre el escenario en varias escenas y sobre todo, el número que da título a la obra, el de Jesucristo Superstar, con una cruz luminosa espectacular. El tema del puente fue el que más le gustó a Margarita, que, sin ser una experta en escenografía, considera que es muy acertado que, en determinadas escenas, convivan dos niveles en el escenario, de manera, que los situados en la planta superior del teatro podemos ver la obra un poquito más cerca. Por lo demás se mostró decepcionada con esta economía de medios.
En cuanto a las voces, la sesión a la que acudimos tenía como protagonista al suplente de Jesucristo. No se cómo sería la interpretación de la voz principal, pero la del suplente fue estupenda, dando el máximo en los momentos más exigentes. Lo mismo se podría decir del intérprete de Judas, el otro protagonista de la obra, con una voz prodigiosa y una actuación muy buena.
Otro de los comentarios que leí previos a la obra fue que había nueva versión de las letras. Reconozco que no me conocía las letras españolas, pero en esta ocasión me gusto especialmente ya que eran una traducción casi literal de las letras inglesas, y que encajaban perfectamente en la música, no como suele ocurrir normalmente en muchas películas musicales, en la que la traducción al castellano de las letras hacen que entren con calzador.
Por último añadir el único aspecto negativo, el elevado precio, como en la mayoría de los musicales. La sesión a la que acudimos, la más barata de la semana, nos salió por 40 euros. Por si esto fuera poco, comprar el programa de la obra cuesta 1 euro. ¡Hay que ser cutres! Te gastas 40 euros en la obra, que ya es cara de por sí, y te cobran 1 euro más por el programa. En fin…
En definitiva, una obra muy recomendable, aunque lo sería mucho más por menos de precio.
Previamente había leído críticas negativas respecto a la escasez de medios utilizados durante la representación, pero como digo yo, es que el Jesucristo Superstar no da para mucho en este aspecto, la versión original transcurre en un desierto, y en cuanto al vestuario…no hay más que ver la película de Norman Jewison para ver que él tampoco se explayó mucho en el mismo. En resumen, esta economía de medios no es algo que me preocupara a mí especialmente. Es más, incluso en un par de ocasiones me gustó bastante. Dando por hecho que no fastidiaré a nadie la historia, diré que los momentos que más me gustaron por espectaculares fueron el suicidio de Judas, la crucifixión de Jesucristo, la bajada de un puente que colocan a media altura sobre el escenario en varias escenas y sobre todo, el número que da título a la obra, el de Jesucristo Superstar, con una cruz luminosa espectacular. El tema del puente fue el que más le gustó a Margarita, que, sin ser una experta en escenografía, considera que es muy acertado que, en determinadas escenas, convivan dos niveles en el escenario, de manera, que los situados en la planta superior del teatro podemos ver la obra un poquito más cerca. Por lo demás se mostró decepcionada con esta economía de medios.
En cuanto a las voces, la sesión a la que acudimos tenía como protagonista al suplente de Jesucristo. No se cómo sería la interpretación de la voz principal, pero la del suplente fue estupenda, dando el máximo en los momentos más exigentes. Lo mismo se podría decir del intérprete de Judas, el otro protagonista de la obra, con una voz prodigiosa y una actuación muy buena.
Otro de los comentarios que leí previos a la obra fue que había nueva versión de las letras. Reconozco que no me conocía las letras españolas, pero en esta ocasión me gusto especialmente ya que eran una traducción casi literal de las letras inglesas, y que encajaban perfectamente en la música, no como suele ocurrir normalmente en muchas películas musicales, en la que la traducción al castellano de las letras hacen que entren con calzador.
Por último añadir el único aspecto negativo, el elevado precio, como en la mayoría de los musicales. La sesión a la que acudimos, la más barata de la semana, nos salió por 40 euros. Por si esto fuera poco, comprar el programa de la obra cuesta 1 euro. ¡Hay que ser cutres! Te gastas 40 euros en la obra, que ya es cara de por sí, y te cobran 1 euro más por el programa. En fin…
En definitiva, una obra muy recomendable, aunque lo sería mucho más por menos de precio.
Visita a las oficinas de Jaltour
Siguiendo el consejo de más de un forero, he visitado las oficinas de Jaltour en Madrid, agencia de viajes especializada en Japón, mayorista y minorista y dependiente de la JAL (Japan Air Lines). Las oficinas se encuentran en la calle Príncipe de Vergara nº 111, primera planta.
Fui allí con la idea de conseguir planos de ciudades o folletos informativos, pero, no se si porque casualmente cuando llegué no tenían existencias o porque simplemente no los dan al primero que pasa, el caso es que la única información que me dieron fue una lista de excursiones desde Tokio y Kioto que se pueden contratar en sus oficinas.
De todas formas, esta información es interesante, las excursiones parecen una buena alternativa, aunque aun no las he mirado en profundidad.
Además de las excursiones, en las oficinas de Jaltour se puede conseguir el JR Pass, bono válido para casi todas las líneas de tren japonesas, y otros servicios.
En su página web, www.jaltour.com, se pueden ver en detalle estas excursiones, los precios del JR Pass y el resto de ofertas de la agencia.
Fui allí con la idea de conseguir planos de ciudades o folletos informativos, pero, no se si porque casualmente cuando llegué no tenían existencias o porque simplemente no los dan al primero que pasa, el caso es que la única información que me dieron fue una lista de excursiones desde Tokio y Kioto que se pueden contratar en sus oficinas.
De todas formas, esta información es interesante, las excursiones parecen una buena alternativa, aunque aun no las he mirado en profundidad.
Además de las excursiones, en las oficinas de Jaltour se puede conseguir el JR Pass, bono válido para casi todas las líneas de tren japonesas, y otros servicios.
En su página web, www.jaltour.com, se pueden ver en detalle estas excursiones, los precios del JR Pass y el resto de ofertas de la agencia.
sábado, 27 de octubre de 2007
La abstracción del paisaje en la Fundación March
Otoño es uno de los mejores momentos para disfrutar de la oferta cultural madrileña ya que se inauguran multitud de exposiciones tras la sequía veraniega. Después de la visita a Los etruscos esta vez le tocó el turno a la exposición La abstracción del paisaje: Del romanticismo nórdico al expresionismo abstracto, en la Fundación Juan March.
Nos apuntamos a la visita guiada, recomendable para comprender en su totalidad una exposición algo compleja, como ésta.
La exposición se basa en la propuesta del historiador Robert Rosenblum que sostenía que la abstracción moderna tiene su origen en el paisaje del siglo XIX y el romanticismo europeo y americano.
La espiritualidad del paisaje
La idea principal que se obtiene tras la visita es que el paisaje es una forma de expresar la espiritualidad. Frente a la representación tradicional del sentimiento religioso, aquí son los inmensos cielos y los paisajes desolados y solitarios, los que evocan la espiritualidad en el espectador.
El romanticismo europeo tuvo su continuación en los pintores norteamericanos, principalmente los pertenecientes a la escuela del río Hudson, como Albert Bierstadt, Thomas Cole o Frederick Church. Estos pensaban que el Paraíso debía encontrarse en algún remoto paraje americano, que, idealizados, suponían un motivo constante en sus obras. Si visitais el Thyssen vereis una muy amplia representación de estos autores.
Los elementos recurrentes
La figura humana, empequeñecida y solitaria ante la inmensidad de la Naturaleza que le rodea es un tema recurrente en las obras expuestas. Esta figura a menudo se muestra de espaldas al espectador, invitándole a contemplar con ella el imponente paisaje.
El árbol, desnudo, sin hojas, con las ramas quebradas y las raíces retorcidas como vehículo para mostrar las emociones humanas aparece en varias obras como El invierno de Caspar David Friedrich o Raíces de árbol de Vincent Van Gogh.
Las estaciones del año o las fases del día como metáfora del paso del tiempo y de las etapas de la vida humana, son temas repetidos desde Friedrich hasta Cole.
Las estaciones del año: La Primavera de C. D. Friedrich. Representa la infancia del hombre.
Las estaciones del año: El Otoño de C. D. Friedrich. Representa la madurez del hombre.
Las estaciones del año: El Invierno de C. D. Friedrich. Representa la vejez del hombre.
La abstracción
Ya con William Turner y John Constable se empiezan a intuir los primeros trazos de la abstracción. Adelantándose a su tiempo, Turner difumina las formas y en El castillo gris los elementos quedan reducidos a meras manchas de colores que se pierden en el infinito.
Castillo de Norham, muy similar a El castillo gris, expuesto
La acuarela Estudio de nubes sobre un paisaje amplio de Constable anticipa obras como la de Mark Rothko que reproduzco, y que se parece a un juego de sábanas que tiene Margarita.
Hay otros componentes de las pinturas abstractas de Rothko, Jackson Pollock o Adolph Gottlieb que son reminiscencias de las obras anteriormente comentadas, como la utilización del Sol, la Luna, paisajes, etc…
La visita en sí
Tengo que decir que la selección de obras expuestas me pareció muy acertada. Excepcional. La componían aproximadamente 120 piezas, fundamentalmente acuarelas, y es cierto que muy pocos óleos, pero en cualquier caso, todas ellas realmente buenas. Todos los autores expuestos eran relevantes y ocupan un lugar fundamental en la historia de la pintura. Incluso pudimos disfrutar de tres obras inéditas de Friedrich recuperadas de un desván y recién restauradas.
El material que acompaña la exposición, y que se puede adquirir en la tienda es muy completo, variado y para todos los bolsillos.
Como conclusión, la visita es muy recomendable, y para mí ha sido una de las mejores exposiciones temporales que he visto últimamente.
Nos apuntamos a la visita guiada, recomendable para comprender en su totalidad una exposición algo compleja, como ésta.
La exposición se basa en la propuesta del historiador Robert Rosenblum que sostenía que la abstracción moderna tiene su origen en el paisaje del siglo XIX y el romanticismo europeo y americano.
La espiritualidad del paisaje
La idea principal que se obtiene tras la visita es que el paisaje es una forma de expresar la espiritualidad. Frente a la representación tradicional del sentimiento religioso, aquí son los inmensos cielos y los paisajes desolados y solitarios, los que evocan la espiritualidad en el espectador.
El romanticismo europeo tuvo su continuación en los pintores norteamericanos, principalmente los pertenecientes a la escuela del río Hudson, como Albert Bierstadt, Thomas Cole o Frederick Church. Estos pensaban que el Paraíso debía encontrarse en algún remoto paraje americano, que, idealizados, suponían un motivo constante en sus obras. Si visitais el Thyssen vereis una muy amplia representación de estos autores.
Los elementos recurrentes
La figura humana, empequeñecida y solitaria ante la inmensidad de la Naturaleza que le rodea es un tema recurrente en las obras expuestas. Esta figura a menudo se muestra de espaldas al espectador, invitándole a contemplar con ella el imponente paisaje.
El árbol, desnudo, sin hojas, con las ramas quebradas y las raíces retorcidas como vehículo para mostrar las emociones humanas aparece en varias obras como El invierno de Caspar David Friedrich o Raíces de árbol de Vincent Van Gogh.
Las estaciones del año o las fases del día como metáfora del paso del tiempo y de las etapas de la vida humana, son temas repetidos desde Friedrich hasta Cole.
Las estaciones del año: La Primavera de C. D. Friedrich. Representa la infancia del hombre.
Las estaciones del año: El Otoño de C. D. Friedrich. Representa la madurez del hombre.
Las estaciones del año: El Invierno de C. D. Friedrich. Representa la vejez del hombre.
La abstracción
Ya con William Turner y John Constable se empiezan a intuir los primeros trazos de la abstracción. Adelantándose a su tiempo, Turner difumina las formas y en El castillo gris los elementos quedan reducidos a meras manchas de colores que se pierden en el infinito.
Castillo de Norham, muy similar a El castillo gris, expuesto
La acuarela Estudio de nubes sobre un paisaje amplio de Constable anticipa obras como la de Mark Rothko que reproduzco, y que se parece a un juego de sábanas que tiene Margarita.
Hay otros componentes de las pinturas abstractas de Rothko, Jackson Pollock o Adolph Gottlieb que son reminiscencias de las obras anteriormente comentadas, como la utilización del Sol, la Luna, paisajes, etc…
La visita en sí
Tengo que decir que la selección de obras expuestas me pareció muy acertada. Excepcional. La componían aproximadamente 120 piezas, fundamentalmente acuarelas, y es cierto que muy pocos óleos, pero en cualquier caso, todas ellas realmente buenas. Todos los autores expuestos eran relevantes y ocupan un lugar fundamental en la historia de la pintura. Incluso pudimos disfrutar de tres obras inéditas de Friedrich recuperadas de un desván y recién restauradas.
El material que acompaña la exposición, y que se puede adquirir en la tienda es muy completo, variado y para todos los bolsillos.
Como conclusión, la visita es muy recomendable, y para mí ha sido una de las mejores exposiciones temporales que he visto últimamente.
viernes, 26 de octubre de 2007
La academia Actual Plus
Esta semana he tenido mis dos primeras clases de japonés en la academia Actual Plus y tengo que decir que he acertado de pleno en la elección. Son 30 euros de matrícula, que incluye el material de estudio, consistente en el libro de texto 1 de Nihongo, del mismo conjunto de libros que la gramática que me compré. La mensualidad es de 89 euros, un precio estándar para lo que es el estudio del japonés en Madrid. Además, se encuentra en pleno centro de Madrid, en Plaza de España, por lo que está muy bien comunicada.
De mi etapa autodidacta sólo recuerdo aceptablemente los dos alfabetos, hiragana y katakana, un par de expresiones básicas y algunas normas gramaticales. Del resto, incluyendo unos 30 kanjis que aprendí en su día, no recuerdo nada. Así que me matriculé en el nivel básico.
Sin conocer el temario, lo que más me preocupaba es que éste nivel fuera demasiado básico y se centrara simplemente en aprender los kana, algún kanji y poca gramática, pero dos clases me han bastado para darme cuenta de que afortunadamente no será así.
En clase somos seis y nuestros niveles son relativamente distintos, pero la profesora, una tokiota muy simpática, es exigente e independientemente de nuestro nivel ya nos ha pedido sabernos los kana lo mejor que podamos, ¡en solo 2 días! Menos mal que ese no es mi punto más débil. El caso es que vamos a un buen ritmo, justo lo que yo quería.
Recomiendo esta academia a todos aquellos que quieran estudiar el idioma. Prometo que no me han pagado por decir esto.
Sayonara.
De mi etapa autodidacta sólo recuerdo aceptablemente los dos alfabetos, hiragana y katakana, un par de expresiones básicas y algunas normas gramaticales. Del resto, incluyendo unos 30 kanjis que aprendí en su día, no recuerdo nada. Así que me matriculé en el nivel básico.
Sin conocer el temario, lo que más me preocupaba es que éste nivel fuera demasiado básico y se centrara simplemente en aprender los kana, algún kanji y poca gramática, pero dos clases me han bastado para darme cuenta de que afortunadamente no será así.
En clase somos seis y nuestros niveles son relativamente distintos, pero la profesora, una tokiota muy simpática, es exigente e independientemente de nuestro nivel ya nos ha pedido sabernos los kana lo mejor que podamos, ¡en solo 2 días! Menos mal que ese no es mi punto más débil. El caso es que vamos a un buen ritmo, justo lo que yo quería.
Recomiendo esta academia a todos aquellos que quieran estudiar el idioma. Prometo que no me han pagado por decir esto.
Sayonara.
miércoles, 24 de octubre de 2007
La exposición Los Etruscos en el Museo Arqueológico
Tras un anterior intento fallido, el pasado sábado, Margarita y yo fuimos a la exposición Los etruscos que se inauguró hace varias semanas en el Museo Arqueológico Nacional.
De toda la visita, yo me quedo con las terracotas polícromas del frontón del Templo de Talamene, que cuenta en sus bajorrelieves la historia de Los 7 contra Tebas.
En lo que se refiere al resto de piezas de la exposición, parecen haber sido obtenidas de antiguas necrópolis. Entre las más antiguas (s.VIII AC, periodo villanoviano) se encuentran urnas cinerarias con forma de cabaña, lo que da pistas sobre la forma de vida en estas poblaciones.
En los siglos posteriores, estas urnas fueron evolucionando hacia formas humanas (antropomorfas), que recuerdan a los vasos canopos egipcios (eso nos explicó el guía). También vimos una urna cineraria con forma de templo, muestra de la evolución del concepto de religión y, de periodos posteriores, bastantes ejemplos de sarcófagos con relieves. En estos sarcófagos generalmente se representaba al difunto reclinado tomando parte en un banquete o simposio y, en los laterales, relieves con temas mitológicos, Heracles (Hércules para los amigos) era el gran protagonista. Como anécdota, el guía nos comentó que a medida que se fueron generalizando entre la población, la producción se estandarizó, dando lugar a sarcófagos con relieves similares, vamos, que los hacían en serie. Por ejemplo, en la exposición había dos idénticos mostrando la entrada del difunto en las puertas del cielo.
En los ajuares también se encontraron fíbulas, equivalentes a los actuales imperdibles, y objetos que hacían referencia a la ocupación del difunto, como husos en el caso de las mujeres y cascos o carros de guerra en miniatura en el caso de los hombres.
Mención aparte merece la cerámica, importada de Grecia en muchos de los casos y con rasgos autóctonos en otros ejemplos. Me llamaron especialmente la tención unas vasijas de un color grisáceo que se obtenía al eliminar el oxígeno en la cocción.
La visita, en resumen, es recomendable, pero no esperéis ver el Sarcófago Cerveteri del Louvre ni nada parecido, la colección es bastante más modesta.
Efectos colaterales: la consigna
La llegada al museo no fue especialmente agradable. La persona que estaba en recepción señaló nuestras “mochilas” y nos dijo que debíamos dejarlas, junto con los abrigos, en consigna. A pesar de hacerle ver que no eran mochilas lo que llevábamos sino un bolso de mujer y una pequeña bolsa del tamaño de un libro, en las que llevábamos todas nuestras cosas, dinero y DNI incluidos, se limitó a contestarnos un amable “A mi eso me da igual, hay que dejarlo en consigna”. Como no nos convencía mucho, le preguntamos por el motivo y nos dio uno bastante contundente “es que al moveros podéis dar con vuestras cosas en las obras expuestas”. Impresionante argumento. Para alguien como yo, que visita un museo cada 3 días prácticamente, la medida me parece exagerada, pero bueno, consideré que el hombre hacía su trabajo y que no merecía la pena discutir más.
Y fuimos a la exposición, en la planta de arriba. ¡Cual fue nuestra sorpresa al ver que allí había mucha gente con bolsos y abrigos como si tal cosa! Y tras un análisis de la situación descubrimos que todas las personas que podían considerarse jóvenes habían tenido que dejar sus cosas en consigna, mientras que las que podemos denominar de más edad las llevaban como si tal cosa. Puedo ser malpensado, es cierto, pero a mi todo eso me sonó a una medida bastante prejuiciosa.
La visita guiada
En la página web del museo habíamos leído que los sábados a las 18:00 se organizaba una visita guiada y el primer sábado tras la inauguración fuimos para allá a eso de las 17:45. Mala idea, el grupo, de solo 15 personas, se había formado a las 17:00.
Así que, tratando de evitar que nos ocurriera lo mismo, este pasado sábado volvimos a intentarlo, pero esta vez yendo a las 17:00.
Tratando de pasar por alto el tema “mochilas”, llegamos, como digo, al piso de arriba, a la entrada de la exposición. Allí había una enorme cola de gente esperando entrar. A pesar de nuestro susto inicial, resultó que esa cola no correspondía a la gente que esperaba la visita guiada, nosotros tuvimos que esperar en una sala de al lado, la de numismática, a que llegara el guía, 45 minutos más tarde.
Como me temía, poco antes de llegar el guía, una de las vigilantes de seguridad intentó completar el grupo de 15, ya que sólo estábamos Margarita y yo, preguntando a la gente que hacía cola, y se quiso apuntar todo el mundo. Les costó formar el grupo, tanto que finalmente no fuimos 15 sino alguno más. El guía llegó, nos entregó una chapita a cada uno y entramos en la exposición.
La primera conclusión que saqué una vez dentro de la exposición es que somos unos pringados, en esta vida lo que se llevan son los listos. A pesar de haber estado allí una hora antes y de que los grupos solo podían ser de 15 personas, en nuestro caso unas 20, en cuanto la gente vio a un guía, se acoplaron descaradamente al grupo.
Lo más gracioso es que al finalizar la visita guiada, el guía nos pidió que le acompañáramos a la salida porque tenía órdenes de no dejar que siguiéramos visitándola por nuestra cuenta, y claro, los acoplados, que no tenían chapita, pronto se escaquearon y siguieron disfrutando de la exposición a sus anchas. Lo dicho, los listos siempre ganan.
De toda la visita, yo me quedo con las terracotas polícromas del frontón del Templo de Talamene, que cuenta en sus bajorrelieves la historia de Los 7 contra Tebas.
En lo que se refiere al resto de piezas de la exposición, parecen haber sido obtenidas de antiguas necrópolis. Entre las más antiguas (s.VIII AC, periodo villanoviano) se encuentran urnas cinerarias con forma de cabaña, lo que da pistas sobre la forma de vida en estas poblaciones.
En los siglos posteriores, estas urnas fueron evolucionando hacia formas humanas (antropomorfas), que recuerdan a los vasos canopos egipcios (eso nos explicó el guía). También vimos una urna cineraria con forma de templo, muestra de la evolución del concepto de religión y, de periodos posteriores, bastantes ejemplos de sarcófagos con relieves. En estos sarcófagos generalmente se representaba al difunto reclinado tomando parte en un banquete o simposio y, en los laterales, relieves con temas mitológicos, Heracles (Hércules para los amigos) era el gran protagonista. Como anécdota, el guía nos comentó que a medida que se fueron generalizando entre la población, la producción se estandarizó, dando lugar a sarcófagos con relieves similares, vamos, que los hacían en serie. Por ejemplo, en la exposición había dos idénticos mostrando la entrada del difunto en las puertas del cielo.
En los ajuares también se encontraron fíbulas, equivalentes a los actuales imperdibles, y objetos que hacían referencia a la ocupación del difunto, como husos en el caso de las mujeres y cascos o carros de guerra en miniatura en el caso de los hombres.
Mención aparte merece la cerámica, importada de Grecia en muchos de los casos y con rasgos autóctonos en otros ejemplos. Me llamaron especialmente la tención unas vasijas de un color grisáceo que se obtenía al eliminar el oxígeno en la cocción.
La visita, en resumen, es recomendable, pero no esperéis ver el Sarcófago Cerveteri del Louvre ni nada parecido, la colección es bastante más modesta.
Efectos colaterales: la consigna
La llegada al museo no fue especialmente agradable. La persona que estaba en recepción señaló nuestras “mochilas” y nos dijo que debíamos dejarlas, junto con los abrigos, en consigna. A pesar de hacerle ver que no eran mochilas lo que llevábamos sino un bolso de mujer y una pequeña bolsa del tamaño de un libro, en las que llevábamos todas nuestras cosas, dinero y DNI incluidos, se limitó a contestarnos un amable “A mi eso me da igual, hay que dejarlo en consigna”. Como no nos convencía mucho, le preguntamos por el motivo y nos dio uno bastante contundente “es que al moveros podéis dar con vuestras cosas en las obras expuestas”. Impresionante argumento. Para alguien como yo, que visita un museo cada 3 días prácticamente, la medida me parece exagerada, pero bueno, consideré que el hombre hacía su trabajo y que no merecía la pena discutir más.
Y fuimos a la exposición, en la planta de arriba. ¡Cual fue nuestra sorpresa al ver que allí había mucha gente con bolsos y abrigos como si tal cosa! Y tras un análisis de la situación descubrimos que todas las personas que podían considerarse jóvenes habían tenido que dejar sus cosas en consigna, mientras que las que podemos denominar de más edad las llevaban como si tal cosa. Puedo ser malpensado, es cierto, pero a mi todo eso me sonó a una medida bastante prejuiciosa.
La visita guiada
En la página web del museo habíamos leído que los sábados a las 18:00 se organizaba una visita guiada y el primer sábado tras la inauguración fuimos para allá a eso de las 17:45. Mala idea, el grupo, de solo 15 personas, se había formado a las 17:00.
Así que, tratando de evitar que nos ocurriera lo mismo, este pasado sábado volvimos a intentarlo, pero esta vez yendo a las 17:00.
Tratando de pasar por alto el tema “mochilas”, llegamos, como digo, al piso de arriba, a la entrada de la exposición. Allí había una enorme cola de gente esperando entrar. A pesar de nuestro susto inicial, resultó que esa cola no correspondía a la gente que esperaba la visita guiada, nosotros tuvimos que esperar en una sala de al lado, la de numismática, a que llegara el guía, 45 minutos más tarde.
Como me temía, poco antes de llegar el guía, una de las vigilantes de seguridad intentó completar el grupo de 15, ya que sólo estábamos Margarita y yo, preguntando a la gente que hacía cola, y se quiso apuntar todo el mundo. Les costó formar el grupo, tanto que finalmente no fuimos 15 sino alguno más. El guía llegó, nos entregó una chapita a cada uno y entramos en la exposición.
La primera conclusión que saqué una vez dentro de la exposición es que somos unos pringados, en esta vida lo que se llevan son los listos. A pesar de haber estado allí una hora antes y de que los grupos solo podían ser de 15 personas, en nuestro caso unas 20, en cuanto la gente vio a un guía, se acoplaron descaradamente al grupo.
Lo más gracioso es que al finalizar la visita guiada, el guía nos pidió que le acompañáramos a la salida porque tenía órdenes de no dejar que siguiéramos visitándola por nuestra cuenta, y claro, los acoplados, que no tenían chapita, pronto se escaquearon y siguieron disfrutando de la exposición a sus anchas. Lo dicho, los listos siempre ganan.
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